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Nuestros líderes en las Cumbres G7

Aplaudo, y con las dos manos para mayor efecto, a la presidenta Sheinbaum por su excelente participación en la Cumbre del G7 en Canadá.

. Catón

De política y cosas peores

“Anoche hice feliz a mi esposa en la cama” -les comentó, orgulloso aquel señor a sus amigos en el Bar Ahúnda. Preguntó uno ante la curiosidad de todos: “¿Cómo le hiciste?”. Respondió el señor: “Le cedí el control de la tele”. Doña Macalota, la mujer de don Chinguetas, le reclamó hecha una furia: “¿Por qué vienes medio borracho?”. Explicó el tarambana: “Porque se me acabó el dinero”. Tempestuosa era la noche, oscura y fría. Al viajero se le descompuso su vehículo, y le pidió a un granjero pasar la noche en su casa. Le dijo: “No me importará compartir la cama con su hija joven y bella”. Replicó el hombre: “No tengo ninguna hija”. “¡Jod…! -exclamó irritado el viajero -. ¡Me metí en el chiste equivocado!”. Don Wormilio, viudo, pasó a mejor vida. Llegó a las puertas del Cielo y le preguntó a San Pedro: “¿Está aquí una señora de nombre Gorgona Órquez? En vida fue mi esposa”. El apóstol de las llaves consultó sus registros y le informó: “No. No está”. Suspiró con alivio el buen señor: “Entonces sí es el Cielo”. Aplaudo, y con las dos manos para mayor efecto, a la presidenta Sheinbaum por su excelente participación en la Cumbre del G7 en Canadá. Su desempeño, discreto y eficaz al mismo tiempo, hizo que México se viera muy bien representado en esa reunión. Tuvo entrevistas cordiales con figuras importantes del panorama internacional; estrechó los lazos que nos unen al país anfitrión, y mostró calidad de mandataria confiable y eficiente. Gran diferencia hay entre su actuación y la de AMLO, que se abstenía de asistir a ese tipo de reuniones por el hecho de no saber hablar inglés (el español lo habla medianamente), y que en vez de viajar al extranjero para promover nuestros intereses se iba a San Juan de los Petates o a Hediondilla de Abajo, donde se sentía a gusto. “Los viajes ilustran” -decía mi tío Rubén, el papá del profesor Jirafales. Y añadía: “A los ilustrados”. Por su parte Hugo Gutiérrez Vega declaraba: “Los viajes ilustran, pero también estriñen”. El caudillo de Morena, hombre de muchas locuras, quizá por tener pocas lecturas, hizo de México una ínsula apartada de lo que se ha llamado “el concierto de las naciones civilizadas”. Gobernó a la nación como a un rancho, y desconocía, por no conocerlos, los tratados y convenios signados por nuestro país con otros de América y del mundo. Se mostró servil y lacayuno frente a Trump; obedeció todas sus órdenes. Sheinbaum, en cambio, ha resistido sin alardes ni imprudencias los embates del amarilloso chivo, que en estos días ha dejado en paz a México, ocupado como está en los amagos de guerra con Irán. Desde luego, la Presidenta volverá a encontrarse con el mismo país que dejó al irse, lleno de violencias criminales; con la resaca que dejó la amañada y desairada elección judicial, hecha con acompañamiento de acordeones; con el Infonavit validando el delito de despojo y la CNTE saliéndose con la suya y con lo nuestro. En fin, a veces la realidad se pone demasiado real. Un individuo acusado de bigamia se quejaba amargamente: “Cuando hacía feliz a una esposa todos me alababan. Ahora que hago felices a dos me llevan a juicio y me condenan”. La curvilínea paciente del doctor Ken Hosanna lo llamó por teléfono y le describió sus síntomas. El facultativo le indicó: “Sin examinarla personalmente no puedo dar un diagnóstico definitivo, pero por lo que me dice hay dos posibilidades: O está usted embarazada o tiene gripe”. La que llamaba se preocupó. Dijo: “Entonces seguramente estoy embarazada. Todos los hombres con los que he estado últimamente tenían con qué embarazarme, pero ninguno de ellos estaba acatarrado”. FIN.