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País a la deriva

En lugar de estar resolviendo los múltiples problemas que tiene este País, nos concentramos en cosas que no agregan valor e incluso, a veces, lo reducen.

Leo Zuckermann

Al momento de escribir estas líneas, se están llevando a cabo las elecciones judiciales en todo el País. Yo, como había anunciado, no acudí a las urnas en una decisión muy personal para no validar lo que considero es una farsa.

Desde su anuncio, estoy convencido que todo este dizque ejercicio democrático lo ideó el entonces presidente López Obrador para, por un lado, defenestrar a un Poder Judicial que se atrevió a desafiarlo y, por el otro, que su partido/movimiento se apropiara de dicho Poder.

Se trata de una simulación más de las tantas que ocurren en nuestro México. Cómo perdemos tiempo en ellas. Este dizque proceso electoral costó más de 13 mil millones de pesos sin tomar en cuenta todos los costos de la movilización del voto partidista y corporativo. Alfinal, después de miles de millones de pesos, Morena tendrá el Poder Judicial que quiere.

El País, no. Porque esta elección no mejorará, sino empeorará, el estado de Derecho en México. Muy pronto lo veremos. Pero regreso al tema de las simulaciones, es decir, de cómo perdemos tiempo y recursos en tonterías.

En lugar de estar resolviendo los múltiples problemas que tiene este País, nos concentramos en cosas que no agregan valor e incluso, a veces, lo reducen. En este sentido, tengo la impresión de que el País está a la deriva. No queda claro hacia dónde va México. A qué destino quiere llegar. Cuáles son sus prioridades como nación.

Doy un ejemplo de un tema que considero fundamental: la educación, de la cual se habla poco o nada. Los gobiernos de la Cuarta Transformación decidieron que su prioridad era llevar la fiesta en paz con el magisterio, tanto con el Sindicato Nacional de

Trabajadores de la Educación (SNTE) como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Esto significó regresarles el control de la gestión educativa a los líderes sindicales y, por tanto, la renuncia de las autoridades a promover una educación de calidad. Este País no va a salir del subdesarrollo económico mientras no resuelva el tema educativo.

Llevamos ya muchas décadas en el que la política ha dominado este asunto. Las relaciones de los gobiernos con los sindicatos han eclipsado el debate educativo. Lo importante ha sido mantener la paz con los maestros y utilizarlos en las movilizaciones electorales.

Desde hace décadas, México se encuentra atrapado en lo que se conoce como la “trampa de los países de ingreso medio”, es decir, la imposibilidad que tienen las naciones de continuaravanzando hacia un nivel de ingreso alto. Dos países que sí han logrado superar esta trampa han sido Corea del Sur e Israel. En gran parte lo hicieron por una fuerte apuesta educativa. Invirtieron en mejorar de fondo la educación y la capacitación, lo cual generó, por un lado, la innovación en las empresas y, por el otro, un incremento importante en la productividad del trabajo. México está lejísimos de resolver el tema educativo. De hecho, vamos en sentido contrario, es decir, en reversa.

Así lo demuestran los resultados de las pruebas estandarizadas que realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) conocidas como PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes). En la última que se realizó, en 2022, México se ubicó en el lugar 51, de un total de 81 países medidos. En matemáticas los estudiantes mexicanos obtuvieron un puntaje promedio de 395 puntos, lo que reflejó una caída de 14 puntos respecto del registro previo de 2018. En ciencias, México obtuvo una calificación de 410 puntos, un retroceso de nueve puntos. Y, en comprensión lectora el puntaje fue de 415, una caída de cinco puntos.

Menos del 1% de los estudiantes obtuvo alto rendimiento en las áreas de estudio, mientras que el promedio en este indicador para los países OCDE fue de entre 7 y 9%. En educación, nuestro País está peor que otrasnaciones con el mismo nivel socioeconómico. Pero aquí el Gobierno está concentrado en llevar a cabo elecciones amañadas para seguir concentrando el poder y en negociaciones interminables con los maestros disidentes de la CNTE que siempre quieren más a cambio de nada.

Las prioridades están chuecas en nuestra República. Dedicamos muchos recursos en simulaciones y tonterías que no mejorarán nuestro desarrollo económico. Por el contrario, lo empeorarán. A eso me refiero cuando hablo de que existe una percepción de que este País va a la deriva.

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