Gaza entre tres fuerzas: Netanyahu, Hamás y Trump
El de Gaza es uno de los conflictos que Trump se había comprometido a resolver desde su campaña.

El de Gaza es uno de los conflictos que Trump se había comprometido a resolver desde su campaña. Pero el cese al fuego que se firmó antes de que él tomara posesión colapsó sin que se haya podido restablecer uno nuevo.
1. Según encuestas, el 70% de israelíes desea el cese al fuego inmediato y la liberación de los rehenes, aunque ello implique que Israel efectúe serios compromisos; 60% piensa que la continuación de la guerra tiene motivaciones políticas por parte del gobierno actual en quien solo 24% confía. Casi la mitad de israelíes aprueba el plan de transición egipcio para un gobierno palestino en Gaza; sólo 20% apoya el restablecimiento de asentamientos judíos en Gaza y apenas 16% favorece una administración militar israelí sobre Gaza (INSS, 2025).
2. No obstante, durante el último cese al fuego, Hamás quiso demostrar (a) que no está muerta ni acabada, (b) que ha conseguido reclutar a decenas de miles de combatientes para sustituir a los que han muerto, (c) que, si bien ha perdido mayormente su arsenal, conserva la capacidad para seguir luchando, y (d) que sigue en control del gobierno en Gaza a pesar de 19 meses de una guerra devastadora en su contra.
3. En suma, si las metas expresas de Netanyahu eran la liberación de los rehenes y la destrucción de las capacidades militares y políticas de Hamás, quedó claro que lo segundo estaba lejos de conseguirse y que ambas metas estaban en contradicción. Esto genera enormes presiones en Netanyahu por parte de los partidos más extremos de su coalición que le amenazan con colapsar su gobierno.
4. Además, tras sus demostraciones de fuerza política durante el último cese al fuego, en Hamás hay posturas fuertes que no sólo se niegan a ceder el gobierno en Gaza, sino que se oponen a desarmarse y quizás exiliarse. Esto no incluye a toda la gama política de esa agrupación, pero sí a la rama militar.
5. Así, los rehenes israelíes resultan fichas de negociación indispensables para Hamás. De un lado, se genera una presión sicológica y política interna en Israel para efectuar concesiones a fin de liberarlos, incluso ante el costo de la potencial supervivencia de Hamás. Del otro, si esas concesiones no se efectúan, entonces Hamás puede justificar internamente su resistencia frente a Israel, toda vez que sus tácticas siguen produciendo un aislamiento político y diplomático de ese país. El resultado de todo ello es que la guerra persiste sin un final visible, con una lógica solo de hostilidades ascendentes (ahora ya bajo la amenaza expresa de Netanyahu de ocupar Gaza permanentemente) y con un costo humano entre la población palestina difícil de describir.
6. En este contexto y considerando su urgencia por conseguir acuerdos a fin de cumplir sus propias promesas, Trump ha propuesto medidas parciales como ceses al fuego temporales. Pero todas esas propuestas se enfrentan con la contradicción de fondo: Netanyahu y su coalición no se conforman más que con una “victoria total”, es decir, el completo desarme y exilio de Hamás, mientras que esa agrupación considera que debe y puede seguir resistiendo, y que mientras más tiempo pase, más es posible golpear sicológica, política y diplomáticamente a Israel a fin de acelerar cada vez más un choque entre Trump y Netanyahu.
7. Trump ha dejado ver su frustración con Netanyahu: Negocia con Hamás e Irán, liberó sanciones a Siria y firmó pactos militares que erosionan la ventaja israelí. Con ello, estamos ante una carrera entre el presidente estadounidense que quiere mostrarse efectivo y cumplidor de sus promesas, Netanyahu que busca sobrevivir políticamente a través de seguir prolongando la guerra, y Hamás que busca resistir a pesar de todo.
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