Arcoiris 2.0
La Ciudad de México ha sido durante seis décadas el epicentro del movimiento LGBT.

Genaro Lozano
La Ciudad de México ha sido durante seis décadas el epicentro del movimiento LGBT. Las primeras irrupciones de la protesta y las primeras organizaciones profesionalizadas nacieron en el ex Distrito Federal. En los últimos 20 años, de esta ciudad salieron las batallas por el reconocimiento de derechos como las sociedades de convivencia, la identidad de género y el matrimonio igualitario, para empezar. La buena articulación del movimiento, la llegada de partidos de izquierda, el PRD y hoy Morena, así como una sociedad mucho más sensibilizada lograron las condiciones para avanzar derechos. El pasado 17 de mayo se integró una nueva secretaria ejecutiva para la Unidad de Atención a la Diversidad Sexual y de Género.
Hilda Téllez, una abogada lesbiana y defensora de DH, será la encargada de la secretaría ejecutiva. Ella tiene una larga trayectoria en el servicio público tanto en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) como en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX y en la Coalición Mexicana Lgbtti. Hilda tiene todo lo necesario para sacar adelante el enorme reto que asumió y tiene el apoyo de muchas organizaciones LGBT que reconocen y respaldan su trayectoria. Su llegada a la secretaría ejecutiva es una muy buena noticia para la CDMX.
Clara Brugada, la jefa de Gobierno de la CDMX, siempre ha sido aliada de la diversidad sexual. Durante la campaña pasada, Brugada asistió a mesas con activistas y a conversatorios, siempre con el interés de fortalecer lo que ya tenemos en la CDMX. Fue Brugada quien invitó a Téllez a ser la primera secretaria ejecutiva de la capital del País y a reinventar la política pública en materia de diversidad. Esto es un reto enorme porque involucra coordinar todos los temas que de manera intersectorial se llevan en la Ciudad y evaluar cuáles políticas actuales están realmente funcionando para proteger a las personas de la diversidad sexual y cuáles no. Por ello, la abogada ya convocó a unas mesas de trabajo con activistas LGBT de todos los sectores, con y sin militancia partidista. Además de Téllez hay otras dos personas abiertamente LGBT en el Gobierno de la CDMX. Ana Francis Mor es la secretaria de cultura y Temístocles Villanueva el encargado de la atención a temas de movilidad humana. Ambos fueron ya legisladores en el Congreso de la CDMX y ambos han sido muy buenos representantes de la diversidad sexual en la política.
Hay quienes piensan “qué más quieren los gays” “qué más quieren las lesbianas” “qué más necesitan las personas trans” si ya tienen matrimonio igualitario, visibilidad y leyes de identidad de género. ¿Por qué quieren un trato especial? ¿por qué la CDMX hace tanto alarde de estos temas? Y lo cierto es que las necesidades y los contextos siempre son cambiantes. El reconocimiento de derechos sin duda ha sido fundamental, pero también ha abierto nuevos retos y más demandas. El reconocimiento de familias diversas no es suficiente sin la capacitación a personas servidoras en los servicios de salud, justicia y seguridad. Muchas veces parejas del mismo sexo siguen llegando a oficinas del Registro Civil a registrar el nacimiento de sus hijas o hijos y se enfrentan a la discriminación. Muchas veces una mujer trans enfrenta la revictimización por parte de la Policía cuando es atacada con violencia. Todavía hoy en la CDMX un hombre que vive con VIH enfrenta el estigma en los servicios de salud. Tenemos además una creciente población joven que no se identifica como heterosexual y que viven en la calle.
Una ciudad tan grande como la CDMX requiere un mayor esfuerzo de coordinación y siempre una capacidad nueva para resolver problemas y enfrentar los retos del día a día. Este es un buen momento para reinventar la política pública en materia de diversidad y género. Hay muchas personas aliadas en el Gobierno de la CDMX. Ojalá que el ejemplo de la Unidad y su secretaría ejecutiva se replique también en otras entidades.