Tus sueños están del otro lado del miedo. ¿Te animas a cruzar?
¿Podemos crecer si siempre estamos a salvo, si no estamos dispuestos a correr ningún riesgo?

Historias demasiado humanas
Ayrton Senna decía: “Si no siento mucho miedo, es porque no estoy manejando lo suficientemente rápido”.
Yo imaginaba que un piloto como Senna manejaría muy concentrado pero sin grandes temores. Pensaba que miedos tenemos nosotros los mortales, no los héroes como él. Sin embargo, con esta frase él echaba por Tierra nuestros prejuicios, confirmando que él también podía sentir mucho miedo.
Nos enseñaron que el miedo es algo que debemos evitar. Nada de correr riesgos, de equivocarnos. Tenemos que tratar de movernos en una zona de seguridad. Y la pregunta que surge es: ¿Podemos crecer si siempre estamos a salvo, si no estamos dispuestos a correr ningún riesgo?
El crecimiento -personal, profesional, afectivo-, no ocurre en una zona segura. La incomodidad es terreno fértil del cambio. Si siempre estamos cómodos, debiéramos preguntarnos si no estamos estancados.
Y es ahí en donde Senna nos muestra que aún él, considerado por muchos como el mejor piloto de automovilismo de la historia, si no forzaba las cosas, si no estaba muy incómodo, no hubiera sido quien fue. Seguramente si hubiera evitado el miedo, manejando dentro de los límites de su confort, ni lo hubiéramos conocido.
Si creemos que podemos llegar lejos sin confrontar y atravesar nuestros miedos, estamos esperando lo imposible. Simplemente no va a suceder.
Me gusta la idea de pensar al miedo como brújula, como faro. No como algo a evitar, sino como algo a enfrentar y atravesar. Puede ser una guía, no un freno.
Dicen que nuestros sueños están del otro lado del miedo. Sin embargo solemos justificarnos de mil formas para no hacer lo único que tenemos que hacer. Y curiosamente, aunque no hacemos nuestra parte, igual confiamos en que las cosas saldrán bien.
Obviamente que eso no pasa. Entonces nos frustramos, nos convencemos de que tenemos mala suerte, de que tal o cual persona no nos ayudó…
Muchos proyectos no se concretan no por falta de talento o suerte sino por parálisis emocional. No damos el paso que sabemos que debemos dar, esperando milagros desde la comodidad.
¿Por qué no darnos cuenta de que los resultados extraordinarios requieren esfuerzos extraordinarios? ¿Por qué no tomar conciencia de que no somos unos cobardes por sentir miedo, sino que aún los más valientes lo sienten, sólo que descubrieron que la clave es seguir adelante pese a sentirlo? ¿Por qué nos cuesta tanto comprender que si nos quedamos en nuestra zona de confort, difícilmente crezcamos?
Ayrton Senna había descubierto que el miedo no era su enemigo, sino la frontera que lo separaba de sus sueños. El umbral que necesitaba cruzar si quería alcanzar sus objetivos.
La vida siempre nos expone a esa frontera entre el control y el caos, entre lo humano y lo imposible. Y el miedo no es lo que nos frena, sino la errónea idea de que deberíamos vivir sin él.
Pero las grandes decisiones, los verdaderos cambios, los amores profundos, las obras valientes, siempre están del otro lado del miedo. Por eso no se trata de eliminarlo, y mucho menos pretender que no exista.
La verdadera valentía no es no tener miedo, sino avanzar a pesar de sentirlo. Porque los valientes también tiemblan. Lo que los diferencia no es su falta de temor, sino su decisión de actuar con miedo y todo.
¿Y tú? ¿Qué miedos te separan de tus sueños?
Juan Tonelli
Autor de “Un elefante en la habitación”, historias sobre lo que sentimos y no nos animamos a hablar. Conferencista.
www.youtube.com/juantonelli
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