El abogado desconocido, legión discreta en la reforma judicial

Rodolfo Montes de Oca

“Vendía examen evaluador de jueces” “El director de Informática del Instituto de la Judicatura Federal, José Alfredo Sánchez López, entregó el examen para jueces de distrito para que fuera vendido a postulantes. Los reactivos fueron ofrecidos en distintas tarifas que iban desde 25 mil, 50 mil y hasta 186 mil pesos”.

El encabezado y nota anterior fue divulgado en el portal del diario Reforma el día 23 de abril del 2022.

Por otra parte, distintos medios de circulación nacional han publicado que personalidades del más alto nivel en nuestro País, y por tanto bien informadas, afirman que los exámenes de oposición que aplica el Consejo de la Judicatura Federal son amañados y que además es falso que exista la carrera judicial ya que los jueces son designados por favoritismos.

Y si bien es cierto hay un gran número de jueces y magistrados que a mi parecer cuentan con una enorme capacidad técnico-jurídica y humanismo, también considero que es urgente acercarlos al pueblo y progresar en su independencia respecto de quiénes pudieron influir en su designación.

En las condiciones anotadas aprovecho esta entrega para ser portavoz oficioso de esa legión de abogados desconocidos o de a pie que día a día se presentan, o nos presentamos, en los juzgados federales y en los tribunales colegiados a pedir justicia para nuestros clientes.

Esos abogados que en el día a día están del otro lado de la oficialía de partes y en el área de actuarios solicitando de manera humilde y sencilla se les preste el expediente para poder revisar las actuaciones del asunto que están litigando.

De esos abogados de bajo perfil que no tienen un compadrazgo o amistad cercana con ministros o integrantes del Consejo de la Judicatura Federal para que los consideren como despachos exitosos.

De esos que por su longeva práctica en el litigio conocen perfectamente cómo funcionan los juzgados y tribunales porque a diario tienen que bregar en los mismos y combatir o argumentar para sostener sentencias o autos, lo que también los hace expertos en la operación de órganos jurisdiccionales y en la redacción de acuerdos y resoluciones.

De esos abogados que están esperando ansiosamente el veredicto del órgano jurisdiccional ante el cual se encuentran litigando y súbitamente les informan que lo habrá de resolver un juzgado o tribunal llamado auxiliar ubicado en otra entidad a la cual no puede acudir o estar al pendiente de su asunto, ni mucho menos conocer a quienes le resolverán, por la lejanía en que se encuentra ese órgano auxiliar.

Esos abogados que, por estar en contacto permanente con los ciudadanos agraviados por la injusticia, cuentan con el pulso y el sentido común que necesita y al que aspira el pueblo en materia de impartición de justicia. Atributos que no tienen quienes se han formado íntegramente al interior de una burbuja o encapsulados en la llamada carrera judicial que, en muchas ocasiones, los convierte en autómatas o autistas de la administración de justicia.

Pero estoy cierto que esa legión de abogados desconocidos y talentosos que acabo de perfilar y quienes, por prudencia, discreción y en ocasiones temor a la curia, en este momento guardan silencio, se encuentran de acuerdo con esta reforma y eso se verá reflejado en el momento en que seguramente se aglomeren ante sus correspondientes representantes populares de los poderes Legislativo y Ejecutivo para solicitar ser postulados y competir de igual a igual con quienes por estar dentro de la judicatura actualmente tienen preferencia para acceder a esos puestos.