Ambiguo y engañoso
Pienso que la consulta que se hará en relación con la reforma al Poder Judicial propuesta por López Obrador será de similor, o sea simulada.
DE POLÍTICA Y COSAS PEORES
Al día siguiente de la noche de bodas la recién casada fue a la cocina del hotel, se consiguió una zanahoria y luego se la dio a su flamante maridito. Le dijo: “Quiero ver si también comes como conejo”. La bella modelo del pintor de desnudos se sobresaltó cuando el hombre le pasó las manos por todo el cuerpo. “Discúlpame, preciosa -se justificó el artista-. Es que me gusta sentir lo que pinto antes de pintar lo que siento”. Palabra poco usada es “similor”. En su origen designa a una aleación de cobre y zinc cuyo resultado es un metal que presenta el color y brillantez del oro. En sentido figurado el término se emplea para calificar a lo que es falso, mentiroso. Pues bien: Pienso que la consulta que se hará en relación con la reforma al Poder Judicial propuesta por López Obrador será de similor, o sea simulada. Imposible es que en el breve tiempo -un mes- que tendrá el caudillo para obtener la aprobación del Congreso se pueda procesar la opinión, como se ha dicho, de los colegios y barras de abogados, facultades de Derecho, ministros, magistrados y trabajadores del Poder Judicial en todo el País. Por otra parte, a más de ese sector estrictamente profesional habrá otros interesados en el tema cuyo punto de vista deberá también ser escuchado, lo que dificulta aún más que la tal consulta pueda hacerse en forma real, y no como mera farsa para encubrir el hecho de que la reforma es fruto únicamente de la omnímoda voluntad del tabasqueño. Se entiende que Claudia Sheinbaum no pueda rebelarse ahora ante quien le entregó el bastón, si bien al parecer no el mando. Incluso ya como Presidenta pesará sobre ella la amenaza de la revocación de mandato, invención de López para asegurarse la lealtad de quien lo sucedería. Está igualmente el Ejército, que según todos los indicios ha dejado de ser Nacional para volverse solamente Presidencial, así de jugosas han sido las chambas, concesiones y prebendas de todo orden y desorden que las Fuerzas Armadas -las de uniforme, no las otras que ahora dominan más- han recibido del avieso y hábil caudillo de la 4T al margen de lo dispuesto por la Constitución. Sin embargo, se esperaba que AMLO dejara a su sucesora el manejo del tristemente célebre Plan C, en vez de imponérselo en septiembre, a pocos días de hacerle transmisión del cargo. También resultó decepcionante la información dada por la futura Presidenta luego de su comida con el jefe máximo. Sus declaraciones se equipararon a las de López en lo ambiguo y engañoso. Vuelvo a decir que la señora no podía actuar de otra manera, tomando en cuenta la prepotencia del caudillo y su autoritarismo. Por mi parte le sigo dando a Claudia Sheinbaum el beneficio de la duda. Espero, eso sí, que cuando asuma el poder que 36 millones de mexicanos pusieron en sus manos no vaya a permitir que el que manda viva enfrente. El cuento que cierra hoy esta columna lleva una palabra que a algunos les parecerá muy fuerte, pero de la cual el escritor no puede prescindir so riesgo de quitarle fuerza a su relato. Hay ocasiones en que se debe llamar al pan pan y al vino vino, pues de otro modo la expresión será tildada de pacata, chabacana y timorata. He aquí el cuento. Los papás de Dulciflor no lo podían creer. El análisis que el médico de la muchacha le ordenó mostró sin lugar a dudas que la célibe joven estaba embarazada. “Debe haber una equivocación, doctor -se consternó el atribulado padre-. Mi hija es casta y honesta; pudorosa, cándida, inocente. ¿No podrá ser que haya quedado encinta por haber estado en una alberca o algún baño público?”. “Es muy posible -admitió el facultativo-. Pero de que cog… cog…”. FIN.
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