Después del “casilla por casilla” y el “voto por voto” no variarán por mucho los resultados de la elección presidencial
Aunque las quejas sobre fraude e irregularidades han sido una constante, la magnitud y el impacto de estas han variado
Después del asesinato de Luis Donaldo Colosio, la elección presidencial de 1994 fue una de las más tensas de la historia reciente del País. Su reemplazo, Ernesto Zedillo, ganó con el 48.69% de los votos, superando al panista Diego Fernández de Cevallos y al perredista Cuauhtémoc Cárdenas, quienes obtuvieron el 25.94% y 16.59%, respectivamente. Hubo quejas y denuncias sobre irregularidades en el proceso electoral, incluyendo manipulación de resultados y uso indebido de recursos públicos. Sin embargo, no hubo una demanda masiva para un recuento de votos.
La elección de 2000 fue histórica porque permitió la primera alternancia en el poder en 70 años. Vicente Fox, del PAN, le ganó a Francisco Labastida, del PRI, con un 42.52% frente a un 36.11% de los votos. A pesar de algunas quejas menores, no hubo denuncias significativas de fraude ni una fuerte solicitud de recuento de votos.
En contraste, la elección de 2006 fue muy disputada. El entonces perredista Andrés Manuel López Obrador alegó fraude electoral, manipulación en el conteo de votos e irregularidades como la presencia de boletas marcadas previamente y errores en las actas. La diferencia de la votación entre el panista Felipe Calderón y AMLO fue de 0.56%, y tras un recuento parcial, la diferencia apenas cambió a 0.58% (35.89% vs. 35.31%), confirmando la victoria del primero pero dejando una desconfianza que aún persiste en muchas personas.
La elección de 2012 no estuvo exenta de controversias. El aún perredista AMLO nuevamente denunció irregularidades, esta vez acusando al PRI y a Enrique Peña Nieto de comprar votos a través de tarjetas de monedero electrónico y gastos excesivos de campaña. Aunque se realizó un recuento de más del 50% de las casillas, la diferencia entre Peña Nieto y López Obrador pasó de 6.62% a 6.6%, insuficiente para cambiar el resultado final que fue de 38.21% contra 31.61%.
En 2018, AMLO, ahora candidato de Morena, ganó con una mayoría clara. Las quejas de la oposición fueron menores en comparación con años anteriores, centradas en irregularidades en la contienda y actos de violencia e intimidación. Los recuentos realizados mostraron variaciones insignificantes, confirmando su victoria con un 53.190% de los votos.
En resumen, los recuentos en las elecciones de 2006 y 2012 mostraron ligeras variaciones en los resultados, mientras que en 2018, la variación fue prácticamente nula. Aunque las quejas sobre fraude e irregularidades han sido una constante, la magnitud y el impacto de estas han variado, reflejando la complejidad y los desafíos de garantizar elecciones transparentes y equitativas.
Ahora, después de la elección del domingo pasado que la morenista Claudia Sheinbaum ganó contundente y arrolladoramente, sus opositores panistas y priistas, encabezados por Xóchitl Gálvez, piden un recuento “voto por voto” como el que AMLO exigió en 2006 y que los del PRI y PAN entonces le negaron. La morenista, con una ventaja de 32.3 puntos porcentuales de acuerdo con los cómputos distritales concluidos ayer, ha dicho que no tiene problema en que se haga ese recuento, sabedora de que, como en 2006, 2012 y 2018, su ventaja no variará por mucho. Dichos cómputos pueden verse en https://computos2024.ine.mx/presidencia/nacional/candidatura.
Eduardo Ruiz-Healy
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