Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas /

El reto de Xóchitl

Estamos ya a 25 días de la elección presidencial y la campaña de Xóchitl Gálvez simplemente no prendió.

Genaro Lozano

Estamos ya a 25 días de la elección presidencial y la campaña de Xóchitl Gálvez simplemente no prendió. La candidata opositora ha recorrido todo el País, ha sostenido dos debates presidenciales, usa intensamente las redes sociales, acude a entrevistas, habla bien de los partidos que la abanderan y al mismo tiempo se siente candidata ciudadana. Nada ha servido.

Desde el verano pasado solamente una encuesta muestra un empate técnico con Claudia Sheinbaum. Una sola. Esa encuesta sirvió para que la semana pasada la misma candidata opositora se refiriera a que ya había alcanzado a la candidata oficialista y que “pronto iba a rebasarla”. Miles de cuentas en X postearon esos resultados y triunfantes argumentaron que todo había cambiado. El sitio Oraculus claramente muestra cómo desde agosto del año pasado, las intenciones de voto no se han movido y cómo Sheinbaum sigue a dos dígitos de distancia de Gálvez. El dato más reciente es una diferencia de 22 puntos. Esa tendencia ya es imposible de cambiar. La pregunta hoy parece ser por cuánto ganará Sheinbaum. Por 10 puntos, por 22 o por más.

Hoy ya toca decirlo: El reto para Xóchitl es no caer a los mínimos históricos del PAN. Con casi 16 millones de votos, Vicente Fox le dio al PAN en el año 2000 el resultado más exitoso de su historia electoral. Fox ganó 19 estados y el entonces DF. En 2006 Felipe Calderón le dio al PAN el resultado más polémico de su historia. 14.98 millones de votos, el .56% de la diferencia o el “haiga sido como haiga sido”. Calderón ganó 16 estados, un millón de votos menos que Fox y cuatro entidades menos. En el 2012, Josefina Vázquez Mota tuvo 12.73 millones de votos y sólo ganó cuatro entidades. Finalmente, Ricardo Anaya le dio al PAN los peores resultados electorales de su historia. Anaya tuvo 12.6 millones de votos y sólo ganó Guanajuato. El PAN pasó de 15 millones de votos a 12.6. De ganar 20 entidades a sólo una en tan sólo 18 años.

Los otros dos partidos de la coalición de Fuerza y Corazón por México tienen sus retos propios. Para el PRD, un partido que le dio tanto a México con las luchas progresistas, el reto es no desaparecer, mantener su registro. El PRI es aparte. Su mejor resultado después del 2000 es con Peña Nieto en el 2012, cuando ganó poco más de 19 millones de votos y se llevó 20 estados; su peor resultado es en 2018 cuando Meade apenas consiguió 9.2 millones de votos y no ganó un solo estado. El PRI se cuece aparte porque en su DNA está la sobrevivencia. Su cara opositora hoy podría cambiar a partir del 1º de octubre. Para Gálvez el reto es cuántos de esos votos del PRI, de esa base, puede mantener. ¿Cuántos estados podría ganar el 2 de junio? Las encuestas pintan que Yucatán, enclave del PRI-PAN, hoy está competido y que Morena podría ganarlo. Lo mismo ocurre con Guanajuato, la corona del PAN por décadas.

La candidatura de Gálvez puede ser la crónica de un fracaso anunciado. A la distancia, muchos podrían preguntarse si había o no una mejor opción de candidata para la oposición. Alguna figura académica, activista y realmente ciudadana, sin vínculos con los partidos políticos y con arrastre mediático. Seguramente sí. Sin embargo, dentro de las figuras políticas que han hecho política partidista no veo a nadie más que a Xóchitl. Es tiempo de mujeres, sin duda, y Beatriz Paredes no es mejor candidata. Sólo basta con ver sus pésimos resultados electorales en el 2006 y en el 2012 en su intento de ganar el entonces DF.

El reto para Xóchitl será construir a partir de la derrota. Después del 2 de junio ella no se asegura un cargo, no será legisladora ni estará en el gabinete. Podrá quizás volver a pulir sus credenciales ciudadanas y ayudar a construir una nueva opción partidista. Este 2024 no tuvimos ni un partido nuevo ni una candidatura independiente. La coalición le va a endosar el fracaso sin aceptar las culpas propias. Son las marcas que la respaldan y no la candidata. Xóchitl es la mejor candidata que ese sistema de partidos moribundo pudo tener.