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¿Cómo nos verá el Sol en el 2052?

Qué vergüenza que el Sol cuando de nuevo se asome detrás de la luna nos vea igual que hoy, y mucho peor aún si nos ve peor.

El pasado día lunes tuvimos la oportunidad en algunos sitios del México de ver al Sol escondido detrás de la Luna; dentro de 28 años se repetirá en diversos lugares del País esa oportunidad y quienes vean al Sol lo verán seguramente igual que como lo vimos hace cinco días, no obstante podemos tener la certeza de que el Sol no nos verá igual a nosotros que como nos vio este lunes. En primer lugar verá que hemos avanzado en población pues, si esta vez vio a 126 millones de habitantes en México, para 2052 verá poco más de 150 millones; en Sonora donde hoy vivimos 2 millones 900 mil personas, para el año 2052 habrá tres millones 500 mil pobladores y en esta ciudad capital en la que hoy somos 950 mil pobladores, para el próximo eclipse total se Sol visible en México serán un millón 140 mil residentes, y conviene aclarar que aunque el próximo eclipse de sol total visible en el País se preciará sólo muy parcialmente en nuestro Estado. De cualquier manera el Sol verá el 30 de marzo de 2052 que en este País la población será una quinta parte más que lo que vio el recién pasado día ocho. Podríamos decir que esto es lo de menos; bueno, quizás no sea lo más destacable pero el hecho de ser más personas por supuesto que es tema definitivamente relevante toda vez que para que quienes entonces vivan tendremos que, desde hoy, irles preparando un sitio y condiciones adecuadas no solo para una vida apenas suficiente en términos de soporte material o supervivencia, sino también en un ambiente de seguridad, tranquilidad, paz y muy especialmente una visión mejor calificada de sus relaciones humanas, tanto familiares como sociales, políticas y de justicia, especialmente en términos de libertad, derechos e igualdad, lo que lógicamente supone una reducción en la brecha de desigualdad de oportunidades. Todo esto se lee muy bonito pero requiere un esfuerzo enorme, persistente y desde ¡ya! en el que, como en la perinola, todos ponen. Qué vergüenza que el Sol cuando de nuevo se asome detrás de la luna nos vea igual que hoy, y mucho peor aún si nos ve peor. Apenas hace cinco días el sol seguramente se quedó muy preocupado mientras se alejaba de la luna; supongo que se habrá dicho a sí mismo “mejor no me asomo a la tierra por unos veinte o treinta años a ver si para entonces ya les ha caído el veinte”. Debe tranquilizarnos que la virtud más distinguida del Sol es su paciencia pues es realmente viejo, nomás enterarnos que nació hace unos 5 mil millones de años y seguramente él sabrá que va a la mitad de su vida pues morirá en otros cinco mil millones de años, pero no hay que abusar pues el Sol, que ciertamente es muy cálido también puede enfadarse y por esas cosas raras del destino explotar antes de lo previsto por los sabios de la tierra y tras esa explosión convertirse en una estrella enana blanca, y así dejar de calentar y eso sería el acabose. Qué vergüenza que el Sol nos sorprenda en 28 años habiendo perdido el tiempo en egoísmos, envidias, mentiras, pleitos, traiciones, deslealtades, odios, crímenes organizados o desorganizados, drogados con ideologías, pensando banalidades, volteando siempre al suelo. Sería un desperdicio dejar pasar la oportunidad de esta reflexión para asimilar en serio lo que estamos haciendo precisamente hoy en México y, aún peor, lo que estamos haciendo de México. Qué pena que el Sol tenga que lidiar con el espectáculo de una serie de tipos que se abocan a fastidiar a otros mientras esos otros no hacen nada ni siquiera por ellos mismos y, perezosos o pusilánimes, se esconden, voltean la cara para otros lados. A buenos entendedores pocas palabras. ***