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La familia no se toca

Con la familia, no; es de mafiosos cobrársela con los familiares de sus adversarios. Es necesario gritarlo: La familia no se toca.

Se equivocan los enemigos del Presidente de la República cuando han gritado a los cuatro vientos algunas características físicas de los hijos del mandatario como ha sido, por ejemplo, el exceso de peso. Se equivocan igualmente quienes subieron y viralizaron las imágenes en video del hijo de la candidata presidencial de la oposición, Xóchitl Gálvez, exhibiendo un comportamiento inapropiado bajo los efectos del alcohol, grabado hace aproximadamente un año y en el que sobresale una retahíla de insultos y forcejeos contra un guardia de seguridad privada de un “antro”. Ni en uno ni en el otro caso se trata de hechos personales de individuos durante el desempeño de funciones de autoridad, empleo o comisión subordinada al Estado. Independientemente de la legalidad o no de lo que mediáticamente se les señala o acusa, quienes los han exhibido han cometido una bajeza ética por difamación, maledicencia o humillación. Y además con el agravante de cobardía al actuar desde el anonimato. Nadie será tan ingenuo como para suponer o argumentar que lo que hicieron los murmuradores fue directamente contra los muchachos y no contra el Presidente ni contra la candidata; resulta evidente que lo que los denostadores han exhibido de los jóvenes lleva otro objetivo: Afectar a sus padres. A propósito, hay que aclarar que publicar los defectos y las fechorías de los funcionarios públicos se justifica solamente cuando, además de ser verdad -la verdad por sí sola no es suficiente-, sea necesario decirlo para remediar alguna injusticia o para prevenir serias e inmerecidas consecuencias sobre terceros. Por otro lado, las reacciones o respuestas que han surgido en el caso del referido video dan más sustancia al caso y vale la pena analizarlas. En primer lugar la pronta publicación por parte de Juan Pablo Sánchez Gálvez -el hijo de Xóchitl- de un video en el que reconoce que actuó indebidamente y donde añade “en su momento me disculpé con el personal de seguridad del antro”; dijo además “créanme que he trabajado y seguiré trabajando para ser una mejor persona” y finalmente anunció que dejará de colaborar como coordinador de la promoción de la campaña de su madre entre los jóvenes del País. Y, por otro lado, la publicación de otro material en el que la candidata se duele de lo ocurrido y subraya que ya en su momento, un año atrás, se había disculpado por el hecho de su hijo. La publicación de estas expresiones inmediatas de Juan Pablo y de su madre fueron recibidas por la crítica política y por la ciudadanía como actitudes meritorias. De enorme impacto fue un mensaje de la señora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del Presidente de la República, publicado antier en Facebook diciendo “Saludo y abrazo a Juan Pablo: Como adulto, igual que yo, lo que tengas que corregir que te lo dicte tu propia conciencia. Que te vaya bien en la vida es mi deseo”. Pidió a los equipos de campaña que “jueguen limpio” y rechazó que los familiares de los políticos tengan que sufrir “daños colaterales”. Dicho más claro: Con la familia, no; es de mafiosos cobrársela con los familiares de sus adversarios. Es necesario gritarlo: La familia no se toca.