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Autenticidad

No busco mujeres y hombres perfectos entre los candidatos, no los hay, ni entre ellos ni en la sociedad.

Cascabel

¿En qué momento nos convertimos en un país de cínicos?

Es la pregunta que esta semana ha rondado por mi mente al conocer las listas definitivas de aspirantes a cargos federales, al observar el despliegue de recursos y descubrir que aún existe gente que defiende a estos conocidos suspirantes, personajes muy conocidos por su desafortunada trayectoria.

Los mexicanos parece ser que estamos como San Agustín de Hipona que en Confesiones escribe: “Señor, hazme casto, pero no todavía”, en nuestra vida pública a juzgar por la narrativa y perfil de los candidatos enfrentamos: “Dignifica el servicio público, pero todavía no”. Diógenes el Cínico deambulaba a plena luz del día por la antigua Atenas con una lámpara en busca de un hombre honesto, puntualizando así lo difícil que era ya desde entonces encontrarlo.

En estos meses de campañas tendremos la oportunidad de escuchar, observar, contrastar y evaluar la oferta política de quienes suspiran por “servir a la Nación”. No busco mujeres y hombres perfectos entre los candidatos, no los hay, ni entre ellos ni en la sociedad. Sí busco autenticidad, honestidad, humildad, congruencia, competencia, entrega, apertura y valor. En la búsqueda por el cargo la “clase política” ha abandonado sin pudor alguno principios, valores y moralidad, muchos al haber perdido anclaje, se nos presentan como auténticas “velas al garete”. Quienes desde la sociedad aplauden justificando contorsionistas en lugar de contribuir a una solución, se han convertido en parte del problema.

Encuentro difícil de aceptar como auténticos a quienes en su paso por puestos públicos optaron por callar, ese silencio cómplice que tanto daño hace. De la misma forma repudio a aquellos opositores de ocasión que se han mantenido callados, agazapados y desarrollando un activismo de café, sin alzar la voz ante los desvaríos, corruptelas y errores de quienes hoy gobiernan.

Se requiere valor para buscar la verdad, se requiere heroísmo para decirla públicamente. Bismarck decía que nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería.

Con el inicio formal de las campañas podemos esperar un sinnúmero de falsedades, verdades a medias y mentiras completas, el mentir sin pudor en esa máxima atribuida a Maquiavelo de “el fin justifica los medios” no sorprende, sólo me indigna.

Lo que sí no debe dejar de sorprendernos e indignarnos es que el Presidente, de acuerdo a SPIN-Taller de Comunicación Política, miente en promedio 103 veces al día. La mentira reiterada no se convierte en verdad, no obstante lo que los modernos Göbbels presumen.

En el catálogo de costosas mentiras sobre candidatos encuentro “esta vez será diferente”, “ya cambió”, “está en busca de su legado, ya no le interesa el dinero”, “ya en el cargo va a serenarse”, etc.

El costo de las mentiras presidenciales es alto, en su gestión ha reiterado: “Sin endeudarse”, al final del sexenio la deuda será superior en más de 6 billones de pesos; “sin corrupción”, los indicadores de corrupción siguen igual, incrementado la opacidad en el gasto público; “sistema de salud como Dinamarca”, ante un sistema de salud desarticulado y colapsado; “salvaremos a Pemex”, el colapso financiero de la paraestatal pone en riesgo a la hacienda pública; “regresaré al ejército a los cuarteles”, la maldita herencia de militarismo que dejara tomará lustros en revertir; “regresará la paz”, en un México de luto, con miedo y ensangrentado, no encuentro otra mentira más perversa y ruin que esta aunada a la declaración de: “Vamos bien”.

Habrá que escuchar con atención las promesas de campaña, no sólo el que proponen, es importante el cómo y sobre todo el de dónde van a salir los recursos. A enero de 2024 la deuda bruta del Gobierno federal era 15 billones 632,810.7, en enero sumaron 455,232.8 mdp de deuda. El déficit presupuestal para este año será cercano al 5% del PIB, sin contemplar el efecto del impostergable rescate a Pemex, que en su informe financiero recientemente publicado exhibe un capital de trabajo negativo por 574,187 mdp, un adeudo a proveedores de 359,760 mdp.

El despliegue de recursos para atender emergencias conocidas como la de agua, sumadas a las que se vayan acumulando ante el abandono, al no estar contempladas presionaran aún más la hacienda.

En el tema de agua las declaratorias de emergencia, espero, sean un llamado a acción y no sólo lleven como fin suspender las reglas de licitación normales para asignar recursos de forma discrecional e imprudente.

La economía privada afortunadamente marcha mejor, a enero la tasa de desocupación fue de 2.85% de la población económicamente activa y la de subempleo 7.08%, permaneciendo el reto de la informalidad de un 55%.

Las expectativas del sector privado de crecimiento en febrero eran de 2.39% un 0.02% superior a enero y el índice de confianza del sector empresarial en manufactura ligeramente a la baja en 0.09 puntos, ubicándose en 54.35.

Las amenazas legislativas en materia laboral representan, sobre todo para las pymes, un riesgo latente. Víctor Hugo decía que el futuro tenía varios nombres. Para los débiles, inalcanzable; para los temerosos, desconocido; para los valientes, oportunidad. En los próximos meses habrá que, en un acto de valor: Participar, cuestionar, señalar y votar para finalmente exigir cumplimiento de promesas.

Óscar F. Serrato Félix es padre de tres, ciudadano, empresario, analista y optimista.

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