Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna México

La memoria de Biden

La opinión pública doméstica y extranjera ha manifestado preocupación por el comienzo de una posible falla progresiva de memoria del presidente

Bien sabido es ya que un fiscal decidió no considerar acusaciones contra Joe Biden por posesión irregular de documentos clasificados aduciendo que el Presidente “es un hombre viejo con mala memoria” ya que el mandatario no pudo recordar con precisión el tiempo en el que se desempeñó como vicepresidente y tuvo problemas para recordar la fecha del fallecimiento de su hijo Beau.

Biden ha respondido “sé lo que hago, he sido presidente y puse de pie nuevamente a este País” y mientras aun él mismo se dirigía a los medios sobre el tema mencionó a El Sisi como presidente de México siendo que lo es de Egipto; evidente confusión.

La opinión pública doméstica y extranjera ha manifestado preocupación por el comienzo de una posible falla progresiva de memoria de Biden a sus 80 años de edad. Biden y su equipo de gobierno han reiterado enérgicamente que su memoria y su estado mental permanecen bien y en condiciones para un nuevo periodo, y en cierta medida las respuestas de neurólogos calificados en cuestiones de memoria y cognición han expresado opiniones que coinciden en explicar que las observaciones referidas sobre la memoria de Biden están aún lejos de significar un diagnóstico de deterioro mental.

Por la inquietud y preocupación que también se percibe en nuestra opinión pública retomo aquí las impresiones de algunos neurólogos internacionalmente reconocidos. Paul Newhouse, neurólogo principal del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer en Vanderbilt, explicó que no poder recordar los nombres personales es una queja generalizada en personas mayores pero aclaró que este dato por sí solo no es suficiente para establecer el diagnóstico de trastorno de memoria y ni siquiera lo predice por sí mismo y que son los expertos y no “observadores externos” quienes pueden ahondar en esto. Dennis Selkoe, codirector del Centro de Enfermedades Neurológicas del Hospital Brigham and Women´s, uno de los hospitales de enseñanza de la Universidad de Harvard, en Boston, refuerza la opinión del doctor Newhouse referente a que olvidar nombres no dice gran cosa sobre trastornos de memoria y no solo en personas de edad avanzada sino de cualquier edad pues diversos factores, por ejemplo el estrés emocional o la falta de sueño, pueden interferir con la memoria en un momento dado y subrayó que “decir nombres propios no es una base adecuada para concluir sobre un trastorno de memoria progresivo”.

Thomas Wisniewski, director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de NYU Langone Health, en Nueva York, explicó que es normal que los cerebros de adultos mayores tengan más dificultad para retener nueva información, en cambio los procesos mentales más avanzados como tomar decisiones y el juicio pueden mejorar con la edad e insistió que “aunque el poder bruto de la memoria tiene cierto grado de disminución con la edad, quizás la sabiduría puede aumentar pues el sujeto ha acumulado más experiencias diversas acerca de lo que más conviene hacer”.

Qué común es, aun a tempranas edades, confundir nombres personales como ocurría a muchos de nuestros padres, aun jóvenes, que decían el nombre de un hijo queriendo referirse a otro, o bien que al estar conversando sobre una población mencionar el nombre de otra y que alguien nos corrija. Una cosa es que la abuela no recuerde de momento el año en que murió el abuelo y otra cosa muy distinta es que no recuerde que el abuelo ya murió.

Verdad de tonelada es que la inmensa mayoría de las vivencias que hemos tenido se nos olvidan: ¿Quién puede nombrar a todos sus compañeros de escuela, o a todos sus profesores, vecinos, etcétera, a pesar de haber convivido entre ellos por años? El punto de esta columna es que no podemos –ni siquiera un fiscal- hacerle al neurólogo, al geriatra o al siquiatra si no lo somos: Un “lapsus” no basta para un diagnóstico. Si alguna vez alguien tiene duda acerca de si su memoria es síntoma de deterioro mental establecido, que vaya al médico. Y punto.

En esta nota