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Qué cosas tiene la vida, Mariana…

Que el Peje quiera controlar al INE va con la sicología del personaje, dirían en el cine

Sucede que las nuevas generaciones, llámense Millenials y/o Centennials, no conocen bien a bien la historia reciente de México, quizá porque no es posible platicársela en los seis segundos de atención que tienen para un TikTok o sin el movimiento y color que requiere una Instastory para captarlos. El asunto se pone feo cuando vemos que a los GenX y Baby boomers convertidos al chairismo parece que se les olvidó o no les importa todo lo sucedido durante esa época marcada por la frase: “La hora que usted diga señor Presidente”. Será por fanatismo hacia su mesías o porque fueron arropados por la 4T y no quieren perder sus privilegios, pero no son capaces de ver el enorme retroceso que podemos padecer con la infame “reforma electoral” que quiere imponer el dueño de sus voluntades y conciencias.

Puedo entender que un tipo obsesionado, amargado y megalómano, como el que vive en Palacio Nacional, quiera regresarnos a la república bananera del siglo pasado, cuando el emperador tricolor pensaba que podía controlar hasta el vaivén de las hojas en un álamo. Pero que los “diputados (as)”, senadores (as) gobernadores (as) y alcaldes (esas) lo apoyen, es francamente patético. No es posible que esos hombres y mujeres que han visto la vida pasar, abandonen su dignidad y sentido común de esa manera.

Que el Peje quiera controlar al INE va con la sicología del personaje, dirían en el cine. Es el típico individuo incapaz de aceptar sus múltiples errores y se empeña en culpar a los demás de esas estupideces tan rutinarias en su vida. El cree que le robaron la elección del 2006. No se detiene a pensar que sus arranques (remember: Cállate chachalaca) emocionales desnudaron su realidad y muchos decidimos no darle un voto que casi tenía en la bolsa. Debo reconocer que hoy me arrepiento de no haber votado por él en esa elección. Imaginen, hace 10 años que se hubiera ido a su rancho y no estaríamos padeciendo este episodio tan nefasto.

Llevar a los consejeros del INE a una elección es entregarle el control a un cínico que pasa sobre la Ley y las instituciones con toda la arrogancia que puede ser capaz de coleccionar. Imaginen a los Durazo, Sheinbaum, Sansores, Cuitláhuac, Barbosa, Bartlett y demás pobres adoradores del Peje haciendo campaña a favor de los nombres que les mande desde Palacio Nacional.

No lo podemos permitir. Costó mucho. En el camino hubo muertos, personas deshonradas, persecuciones criminales desde la “nomenklatura”. Al final, los mexicanos, los de mi generación, logramos quitarles a los gobiernos el control y calificación de los procesos electorales. El PRI se resistía, pero no pudo ante la voluntad de la enorme mayoría. Es momento de que Sylvana Beltrones, la senadora acomodaticia por Sonora, informe de qué lado va a votar, porque en el tema de la Guardia Nacional ya jugó del lado del Peje. Lamentable.

Qué cosas tiene la vida, Mariana (dijo el moderno que conoció a Alberto Cortez). El siglo pasado, quien dilapidó los bienes del País y se apoderó de los organismos electorales para dominarnos a su antojo, fue el PRI. Hoy estamos en manos de sus votos en el Congreso, para que no resucite ese monstruo con forma de dinosaurio que ellos crearon.

LOS CAMBIOS

Forzado por la salida de su Jefe de Gabinete (o de la Oficina del Ejecutivo), al que aguantó contra viento y marea de manera increíble e irresponsable, se le vino un alud de cambios a Alfonso Durazo. Una que otra decisión buena, como la de Adolfo Salazar Razo, que parece serio y mesurado. Édgar Sallard se va a atender a los municipios en Cedemun y creo es otro cambio atinado, porque su perfil es muy político, está preparado, sabe negociar y tiene capacidad para ello, no para comunicación. Lo raro es que haya dado doble sueldo a Paulina Ocaña, una muchachita bastante limitada pero con “pedigrí” tricolor a la que dejan en Telemax y encima le dan comunicación (social, dicen). Ya entrado en gastos le hubiera colgado Radio Sonora, que no anda tan bien. Mmmh, quiso sacudir el árbol, pero no cayó María Dolores, el gran fiasco de este sexenio en seguridad, pero el señor está terco y ciego. Se parece tanto a su sensei. Ah, y Guadalupe Aldaco, en “cultura”, también debería ser removida, pero el gober no tiene los… valor para ello.

Nota final: De este tema cultural les platico la próxima semana.

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