El Imparcial / Columnas / Columna México

¿Se fijan?

Ya quisiera la oposición que Andrés Manuel les pusiera la mitad de la atención que le pone a Loret, Dresser, Brozo, Azucena, etcétera

¿Se fijan cómo el presidente López Obrador sigue dominando la agenda política del País?

Y encima se queja, patalea, se hace la víctima y reclama.

Si antes, cuando era oposición y tenía tantos factores en contra ponía agenda, ahora que ejerce a plenitud el poder con más ganas lo hace.

Ya quisiera la oposición que Andrés Manuel les pusiera la mitad de la atención que le pone a Loret, Dresser, Brozo, Azucena, etcétera.

Pero no es culpa del mandatario, al final él hace su chamba como quiere hacerla y lleva una agenda de la que si acaso Loret lo saca, pero no los partidos de oposición.

Sus adversarios políticos no atinan a encontrar una narrativa o a un personaje con la suficiente fuerza para hacerle contrapeso.

Tiene ya la mitad de su mandato y sigue imponiendo su narrativa, goza de buenos niveles de popularidad y aunque la gente reconozca que estamos metidos en miles de problemas, lo sigue apapachando.

Ha enviado esta semana su iniciativa de reforma constitucional en materia electoral y de forma simultánea ha soltado una tremenda campaña mediática y en redes sociales destacando sus bondades.

La están socializando a su modo, con frases y argumentos fáciles, que se le queden a la gente en la mente.

Pero ya le mandaron decir que así como la mandó no va a pasar.

Requiere de las dos terceras partes de los votos y no los completa con Morena y sus aliados, pero al piso ya se está tirando.

Pues con un poco de estatura política del oficialismo y otra poca de la oposición, al menos esa iniciativa se debe revisar, debatir, negociar, modificarse y votarse.

Porque mire, puede que la razón asista en partes a ambos bandos, será cosa de ir conociendo el documento, para lo cual debe haber tiempo.

El Presidente quiere conseguir a gritos y sombrerazos lo que el PRI en sus buenos tiempos lograba con negociaciones arriba y abajo de la mesa, y con uno que otro expediente oscuro de los opositores.

Ni una cosa ni la otra, tiene que haber un punto medio, un espacio para que las fuerzas políticas se entiendan y acuerden.

Lo acuerdos no son cosa del diablo como algunos lo quieren hacer ver, son en todo caso el resultado obligado del diálogo entre quienes pensando diferente tienen el poder de tomar decisiones sobre el rumbo de un País.

Habría que ver si en realidad hay la voluntad.

No deja esto de ser un asunto cupular, un tema al que la mayoría de los ciudadanos no le entienden porque están viendo cómo hacer rendir la quincena.

Pero sí están logrando en pocos días poner a la gente a debatir sobre si desaparecen o no las pluris, que los diputados son muchos y salen muy caros, que el INE es el más caro del mundo (no es cierto), que los consejeros electorales los elija el pueblo (no eligen ni a sus alcaldes), etcétera.

Por eso le digo líneas arriba, explicaciones fáciles que no llevan al fondo del asunto.

Eso sí, las instituciones democráticas con las que contamos no nacieron a partir de una iniciativa del Gobierno, sino de grupos que desde la oposición, desde la sociedad civil organizada, reclamaron elecciones más confiables.

O sea, no fue Carlos Salinas de Gortari el que se inventó aquel IFE que ahora se llama INE, fue la oposición y la gente quienes presionaron.

Temas relacionados