#YoPrefierolaSelva
El pasado viernes un grupo de artistas levantó su voz para compartir la campaña #SélvameDelTren
Uno de los más poderosos argumentos para cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México fue el activismo digital que realizaron miles de militantes de Morena y que mostraba los daños medioambientales a la zona donde se construía el proyecto. Bajo el HT #YoPrefieroElLago miles inundaron las redes sociales con mensajes en defensa del medioambiente. La página web yoprefieroellago.org (que sigue funcionando) compartía una poética "Carta del Lago" así como información de por qué el NAIM es un mal negocio. Nadie acusó a quienes se sumaron a esto de "supuestos ambientalistas". Texcoco se canceló.
El pasado viernes un grupo de artistas levantó su voz para compartir la campaña #SélvameDelTren. Actores como Eugenio Derbez, Bárbara Mori y cantantes como Natalia Lafourcade, entre otros, grabaron un video en el que invitan al Presidente a que visite la zona y escuche a los expertos. El tono del video no es agresivo, en algún momento hay quien dice "no somos sus adversarios, somos mexicanos". En otro, alguien más dice "Presidente, no hay prisa, el tramo 5 pasará sobre ríos subterráneos, cuevas y cenotes". El video provocó uno de los peores comunicados emitidos por una Secretaría de Estado. La Semarnat escribió: "¿Dónde estaban los pseudoambientalistas cuando hace años empezó la verdadera devastación en el Sureste de México?".
Todo este episodio es más que condenable. El Gobierno no debe tratar así a quienes levantan la voz para oponerse a un proyecto. La narrativa de "dónde estaban" no aplica para la defensa del medio ambiente. No hay un activismo más importante hoy en día que el del medio ambiente. Esta lucha debería unir a personas expertas ambientalistas, a neófitos, a militantes de partidos de izquierda, derecha y centro, a personas sin partido, a jóvenes y a personas adultas mayores. Tan sólo hay que ver la crisis hídrica que vive México. La falta de agua en Monterrey, el calentamiento global, la devastación de Tulum o los incendios en Morelos. Tal vez lo que sí quepa preguntar es ¿dónde están los de #YoPrefieroElLago? ¿Por qué hoy no usan el #YoPrefieroLaSelva o por qué no levantan la voz al saber que el cambio en el tramo 5 afectaría irreversiblemente el Gran Acuífero Maya?
Organizaciones como Causa Natura, entre otras, han documentado los riesgos por el cambio en la ruta del tramo 5, ya que se prevé que el tren corra a una velocidad de al menos 120km/h y que pase sobre el sistema Dos Ojos-Sac Actún, la cueva subterránea inundada más grande del mundo. Hay preocupación por los suelos kársticos, compuestos de roca caliza que se disuelven con el agua y con ello hay temor de que se provoquen socavones o hundimiento de tierra por donde pasaría el tren.
De acuerdo con Greenpeace México, el tramo 5 no tiene manifestación de impacto ambiental y si continúa su construcción no sólo sería ilegal sino además podría dañar de forma irreversible la selva. Además, más de 20 organizaciones ambientalistas han señalado que el nuevo trazo del tramo 5 Norte provocaría 1) fragmentación del territorio con pérdida de conectividad ecológica; 2) agotamiento y contaminación del acuífero de la Península de Yucatán; 3) extinción de flora y fauna ya que se talarán árboles de varias especies, a pesar de que el Presidente había prometido que no se talaría "ni un árbol"; 4) generación de residuos y 5) extracción de material pétreo en la zona.
Yo no soy ecologista de tiempo completo ni ambientalista experto. Tampoco soy opositor a la 4T. Al contrario, voté por este proyecto y durante la transición elaboré una agenda de género y diversidad sexual. Sin embargo, desde hace más de año y medio empecé a cuestionar la nula mirada medioambiental del Gobierno y sus megaproyectos. El Tren Maya sí tuvo consulta indígena, pero dado que se modificó el tramo original debería realizarse otra, el Presidente siempre promueve que se debatan las cosas con la mayor información posible. Nadie está pidiendo que se detenga el Tren Maya, sólo que se reevalúe el tramo 5, que se haga con consenso, con el menor daño ambiental posible y evitando la urbanización de la selva y el despojo de las tierras.