Biden ante Putin
¿Cuál sería la postura china si ocurre una invasión rusa de Ucrania?
Al Presidente ruso no le tiembla la mano. Entiende bien el momento que vive el mundo, la reconfiguración del poder global. Con el reconocimiento de las zonas independentistas de Ucrania, Vladimir Putin sólo está reescribiendo el sistema internacional en el siglo XXI y tiene a Europa maniatada y a EU debilitado por la misma dinámica de la democracia liberal: Para Joe Biden una confrontación militar es demasiado costosa internamente. Putin está apostando todo, porque puede. Este es un momento definitorio para la conformación de un sistema multipolar y tal vez el fin de la hegemonía estadounidense, para bien y para mal.
Tal y como hizo con Georgia en 2008 y con Crimea en 2014, Rusia está violando el Derecho internacional, regresando la política internacional al siglo XIX, a la era de la real politik, en la cual los Estados más poderosos invadían a otros con menos fuerza militar, se anexaban sus territorios y no había prácticamente consecuencias. Y aunque el mundo en 2022 tenga procesos de interdependencia, instituciones multilaterales, instituciones de seguridad colectiva y redes sociales que informan en segundos, Putin desafía cada uno de estos puntos porque sabe que las represalias serán de menor proporción que sus acciones por distintas razones.
La primera es que Europa está muy debilitada, ya que la política de seguridad común no termina de cuajar. Son tantos intereses en juego que la Unión Europea (UE) difícilmente tendrá una postura común con respecto al reconocimiento de las dos regiones prorrusas de Ucrania y ante una eventual invasión rusa de todo el territorio. Además, la salida de Angela Merkel de Alemania ha dejado a la UE con un vacío de poder que el francés Emmanuel Macron no ha podido llenar. Tan sólo basta con ver el desaire de Putin a un encuentro con Biden que el mismo Macron intentó forjar. La UE depende energéticamente del gas ruso y muchos de los países de la hoy Europa Central tienen tanta interdependencia con Bruselas como con Moscú que el escenario para Europa es la inmovilidad y Putin aprovecha esto.
La segunda razón es la misma debilidad de EU. El presidente Joe Biden no logra consolidar su liderazgo. Desde que asumió el poder su popularidad ha ido en declive. Internamente está muy debilitado y con la amenaza de un regreso de Donald Trump a la política. Los republicanos más duros en política exterior quieren ver a un Biden más aguerrido frente a Rusia, pero saben que, al igual que con Barack Obama, una acción militar de EU contra Moscú por una invasión de Ucrania es prácticamente imposible.
La tercera razón es el sistema internacional. Por más que el tema de Ucrania llegue al Consejo de Seguridad de la ONU, donde México tiene un asiento no permanente, realmente poco pasará. Rusia tiene poder de veto, así que nada saldrá de ahí. Cualquier pronunciamiento multilateral saldría de la Asamblea General de la ONU, pero sería sólo un lamento.
La interrogante en todo este asunto es China. ¿Cuál sería la postura china si ocurre una invasión rusa de Ucrania? ¿Defendería China el sistema internacional creado por EU y sus aliados en 1945 y se confrontaría con Rusia? ¿Qué haría China con Taiwán? ¿Podría hacer lo mismo que Rusia con Ucrania? Difícilmente Beijing se pelearía con Moscú. Putin también parece envalentonado por esto, mientras que Biden no tiene aún una estrategia clara con China.
En su libro The Post American World, Fareed Zakaria escribía en 2008 sobre los cambios del nuevo siglo y ahí se aventuraba a decir que el mundo sería cada vez menos unipolar y más multipolar, no por el declive de EU sino por el auge de las demás potencias como Rusia, China, Brasil, Indonesia, Turquía, México y demás. Su diagnóstico es bastante preciso. En 2022 el auge de las demás naciones, el agotamiento del sistema internacional y la hoy debilidad de EU en el mundo de la pandemia, está dándole vigor a Putin. Parafraseando al diplomático francés Gérard Araud, Putin no es un reformista del sistema internacional, sino un revisionista. Las potencias de Occidente querrán resistirlo, pero el sistema está más que anquilosado. Estamos tal vez ante un cambio sistémico, un cambio de era.