El Covid y los datos ocultos
El asunto está raro. Es más, está muuuuy raro.
El asunto está raro. Es más, está muuuuy raro. Un domingo cualquiera de junio (ahí por el día 20) nos enteramos que en Sonora habían fallecido, por Covid, 30 personas que ya estaban vacunadas. De ellas, decía el informe oficial del secretario de Salud, seis ya tenían la dosis completa. Dos días después, un funcionario me dijo que un vacunado más había muerto, sin especificar si tenía una o las dos dosis.
En esas estábamos cuando, en la mañanera, le preguntaron a Andrés Manuel López Obrador sobre el tema y dijo que no sabía nada del asunto. ¿Perdón?, ¿solamente en Sonora iban 31 muertos y el primer mandatario de la Nación no estaba enterado?
De hecho, el miércoles 23 hizo está declaración: No es un asunto grave esto que me están planteando, no me lo habían informado y todos los días tenemos reunión sobre la pandemia. Acabamos de tener reunión el lunes en la tarde y no se planteó, es mínimo, o sea, prácticamente inexistente.
Mmmmh, con la novedad de que la muerte de personas ya vacunadas no es un asunto grave. ¿Serían tan amables de explicar qué es grave y qué no? Hubo reportes de otros estados. Y de repente todo se apagó. Ni una sola palabra más sobre el tema. Ni los gobiernos estatales, mucho menos el federal, han vuelto a tocar el tema. Después de todo estamos en el México feliz, feliz, feliz, en el que nada es mucho y mucho es nada.
Me queda claro que, desde las alturas, llegó una orden tajante: ¡Shut up, madafacka! No sé a ustedes, pero a mí me parece un acto de alta traición, de irresponsabilidad suprema.
Es terrible esto de informar algo tan grave y después callar porque al señor que vive en Palacio Nacional no le parece adecuado, porque este es el reino de los otros datos y hay que enfrentar la verdad con toda la negación del mundo. Lo raro es que médicos han callado, familiares de los muertos tampoco hablan o denuncian.
Así imagino la toma de esta decisión:
-¿Qué les parece si, en lugar de hacer caso a esos malditos aspiracionistas que alegan que su salud es más importante que cualquier otra cosa, mejor les hablamos de una rifa?
-¿Algo así como una casa de esas de las que tenemos en la secretaría para robarle al pueblo lo devuelto?
-Sí, excelente, hay que rifar la casa del Chapo y ese palacio que tenía Amado Carrillo (luego le explicamos a los millenials los detalles de este señor).
-Señor, pero van a seguir preguntando.
-Esteeeee, eeeeh, está bien agrega el palco del Estadio Azteca, se morirán de la emoción cuando sepan que pueden ir a ver gratis el América vs. Chivas.
Y así, otra cortina de humo con los bots y trolls incluidos. El punto es que debemos exigir que nos hablen del tema. Los sonorenses necesitamos saber cuántos vacunados se han infectado y cuántos han fallecido.
Cómo se infectaron. De qué ciudad o ciudades son. De qué vacuna estamos hablando. ¿Son varias? Ah, ok., gracias, ahora informen cuántos han muerto de cada una. ¿Ya hablaron con los laboratorios, o mínimo con el señor Ebrard, para saber qué procede en una situación así?
La pandemia ya lleva más de 233 mil muertes (de manera oficial) y en Sonora pasamos de 6 mil 500. Ha sido terrible y las vacunas brindan una ventana de esperanza. Pero eso no justifica que nos quieran engañar, que nos oculten información importante para todos los ciudadanos.
Seguramente decidieron que no es prudente y repiten nuevamente los peores errores del último año. Al pueblo no se le debe engañar. El problema es que sí nos han mentido. Dijeron que al vacunarse uno podría contagiarse, pero no sería de cuidado. Es más, ni siquiera nos iban a internar. Que eso se lo expliquen a un amigo mío, que ya tenía la primera dosis y acaba de salir del hospital donde lo pasó francamente muy mal. Un infierno, me dijo un día.
Es muy trascendente que ofrezcan la información clara, abierta, directa. Insisto: Cuántas personas han fallecido. Edades. Detalles del historial clínico, fecha y lugar de la vacunación. Ciudades. Síntomas iniciales y qué recomendaciones hacen a la población en general y a los que ya hemos sido vacunados.
Esta columna es dirigida a Claudia Pavlovich y Enrique Clausen porque en Palacio Nacional la vida no vale nada.