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Un Sonora para todos, no más de unos cuantos

Sonora es una entidad que por muchos años ocupó los primeros lugares en varios renglones de la agenda pública

En apego a la honestidad, empiezo por decir que no sólo simpatizo con la candidatura de Alfonso Durazo a la gubernatura de Sonora, sino que desde septiembre pasado he colaborado con él desarrollando algunos trazos de su propuesta de Gobierno. Dicho lo anterior, en lo que sigue expreso las razones personales del porqué considero que representa la mejor opción para tomar las riendas del Ejecutivo estatal a partir de septiembre próximo.

Alrededor del candidato de Morena se ha dicho mucho y mucho de lo dicho es evidentemente basura. Son las típicas y desafortunadas campañas negras que suelen surgir en la desesperación de aspirantes que se rezagan del puntero. Estamos siendo testigos de ese tipo de campañas que por momentos rayan en lo nauseabundo. Pero hagamos caso omiso de la pirotecnia política, que casi al instante se disipa.

Más sano resulta concentrarnos en el diagnóstico y la propuesta. Sonora es una entidad que por muchos años ocupó los primeros lugares en varios renglones de la agenda pública. Era referencia nacional en materia económica, luego de que la revolución verde convirtió a la agricultura sonorense en el “granero de México”; era prácticamente la única entidad del Noroeste que ofrecía educación superior habida cuenta de que en los estados vecinos no se contaba con ese nivel escolar. Hermosillo era la capital del Noroeste, reconocimiento que abonaba a la buena fama sonorense.

Hoy esas proezas son parte de la historia. Sonora luce amodorrado, sin el brillo del pasado y sin perspectivas claras de un mejor futuro. Somos la entidad que registra la menor inversión extranjera, la que menos contribuye en el total de exportaciones fronterizas y cuyo crecimiento del PIB está, desde principios de los noventa, entre los más bajos de la franja Norte. Por si fuera poco, Sonora y prácticamente todos sus municipios grandes, figuran entre los más endeudados del País. Lo más lamentable es que esa deuda, que creció notablemente en los dos sexenios anteriores, no se expresó en un incremento similar en la inversión productiva; todo lo contrario, la inversión muestra una significativa declinación en ese periodo. En el 2020 la inversión en el Estado no rebasó los 3 mil millones de pesos, cuando apenas unos años antes superaba los 7 mil millones.

A consecuencia de ese fallido desempeño, la competitividad estatal ha bajado sistemáticamente y el proceso para abrir nuevas empresas es más que tortuoso. El número de trámites promedio que se requiere a nivel nacional para establecer una empresa es de trece, mientras que en Sonora deben cumplirse alrededor de 20.

¿Cómo llegamos a esa situación? La explicación más plausible que he oído es la del candidato de Morena. Ha sostenido que el deterioro social y económico que experimenta la entidad radica en la corrupción; en la complicidad prevaleciente entre el poder económico y el poder político; en la red de intereses y privilegios que las élites han fraguado durante por lo menos 30 ó 40 años. Esa red de complicidades ha generado las condiciones perfectas para que la corrupción y la impunidad se eleven a grados superlativos; la desfachatez ha predominado por muchos años en todas las áreas de la administración pública estatal. He ahí donde toma sentido el lema del candidato de que “ya se les acabó”; que eso debe terminar y es la hora de que Sonora sea para todos y no más de unos cuantos.

Esa corrupción y esa impunidad han minado poco a poco el impulso competitivo e innovador que caracterizara al empresariado sonorense; constituyen la raíz de los problemas económicos y sociales que visten al Sonora del 2021. El candidato de Morena ha dejado de manifiesto que está decidido a resolver ese nudo gordiano, con una propuesta transformadora que implique el desarrollo de ambientes competitivos alejados de las complicidades económico/políticas que distinguieron al régimen prianista. Esto, que se dice rápido, representa un cambio radical en el funcionamiento de la economía regional. El diagnóstico y la propuesta transformadora son la respuesta que requiere la entidad para restaurar la grandeza que alguna vez tuvo. Es lo que propone Durazo Montaño y por eso tendrá mi voto para ser el próximo Gobernador de Sonora.

Alvaro Bracamonte Sierra.

Doctor en Economía.

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