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De 50 a 59 años de edad

Los mexicanos de entre 50 y 59 años de edad se encuentran dentro del rango de edades que más han aportado fallecimientos directa o indirectamente por coronavirus

Los mexicanos de entre 50 y 59 años de edad se encuentran dentro del rango de edades que más han aportado fallecimientos directa o indirectamente por coronavirus; ese amplio rango de edades va de los 45 a los 64 años. Para 2020 se esperaba que murieran 680 mil mexicanos, pero murieron 955 mil, lo que significó un 40% de exceso en la mortalidad por todas las causas, pero si consideramos solamente las muertes ocurridas en personas de 45 a 65 años veremos que en este grupo el exceso de muertes fue de 66%. Hay dos razones fundamentales que explican esto: En primer lugar, muchas de las personas de entre 50 y 59 años de edad todavía trabajan fuera de casa, por lo que suelen circular más que los adultos mayores (60 y más años), que generalmente sí se guardan en el hogar, y a esto hay que añadir que a partir de los 50 años se comienza a incrementar notablemente la incidencia de las enfermedades “crónico degenerativas”, como la presión alta, los trastornos cardiacos y renales, la diabetes y otras que, por un lado, complican y hacen más letal a la Covid-19 y que a la vez esto resta recursos para la atención de aquellas enfermedades, lo que ocasiona aumento en la letalidad de éstas. Si bien es cierto que el riesgo de morir por Covid-19 es mayor mientras más avanzada es la edad de la persona, es también cierto que el número de adultos mayores expuestos a contagiarse es menor. En nuestro País hay casi 13 millones de personas de 50 a 59 años, cifra muy cercana a la de adultos mayores que hoy son ya 14 millones. Aquí hay que tocar otro punto: El saldo de adultos mayores que no se vacunaron durante su turno es de cuatro millones, cifra que a todos nos ha parecido altísima, pues representa que uno de cada tres adultos mayores en México no fue vacunado. Algunas voces oficiales han manifestado que no se vacunaron porque no quisieron -quizá pocos o muchospero deben considerarse también otros factores como la imposibilidad de algunos para ser trasladados al puesto de vacunación, complejidades en el mecanismo para vacunar en casa a los postrados, problemas de acceso a caseríos o comunidades mínimas, etcétera. Estos factores, incluyendo el probable rechazo para vacunarse, también podrán estar presentes en el grupo de 50 a 59 años de edad, y de así ocurrir heredarse un efecto de imitación sobre grupos de menor edad y acumularse un número cada vez mayor de mexicanos sin vacunarse, lo que impactará negativamente en la efectividad general de la inmunización colectiva en nuestro País con la consecuente perpetuación de contagios, enfermedad y muertes directas e indirectas. El saldo de casi una tercera parte de adultos mayores sin recibir su primera dosis en el periodo programado es una fuertísima llamada de atención a todos, pueblo y Gobierno, para analizar el hecho y reducir al máximo los saldos de individuos sin vacunar en las siguientes fases. A los cuatro meses de iniciada la agenda de vacunación contra la Covid-19 en México nos acercamos apenas al 5% del total de mexicanos con vacunación completa. La prioridad más apremiante sigue siendo la seguridad, comenzando por la vacuna, y no -perdón- el INE o tal o cual ministro, magistrado, juez, curul o candidato. En política también hay niveles; no reconocerlos es mortal.

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