Él se casa con él y ella se casa con ella
Aquí es necesario recordar que la sociedad es el resultado directo de las condiciones de las familias y que el origen de la familia es el matrimonio.
Todos entienden que él se une a él y ella se une a ella pero muchos no entienden cómo es eso de que él y él se unen en matrimonio o que ella y ella también. La presión social contemporánea por cambiar el significado de matrimonio -presión que incide de manera más intensa sobre los legisladores (diputados y senadores en nuestro caso)- es una de las consecuencias de esa nueva ideología surgida en Occidente, específicamente en países dominantes -Estados Unidos y Europa Central- y que apunta a reinventar a la mujer y al hombre en sus condiciones de sexo y género.
En la mayor pretensión de la ideología de género se ubica la negación de la realidad biológica de la persona así como la razón de ser de esa realidad y esto implica, lógicamente, la consideración de que el amor erótico entre hombre y mujer es lo mismo que el amor erótico entre hombre y hombre o entre mujer y mujer, y, en esta materia, por encima de la realidad de él y de ella está la intención o deseo no de hacer las cosas con acomodo a lo que realmente son sino más bien la intención de deshacer las cosas para convertirlas en lo que no son ni podrán ser: A esto se le conoce como “deconstrucción”, echar abajo lo que hay para poner un nuevo orden no sólo social ni económico sino específicamente sexual, y de esta manera “deconstruir” la identidad carnal, la identidad sexual y la identidad sicológica hasta deshacer la manera natural de relacionarse ellas con ellos, lo cual requiere deshacer el matrimonio, primeramente equiparándolo con lo que no es y así más adelante, en medio de un ambiente de confusión colectiva -incluyendo confusión jurídica- presentar como logro o avance el desconocimiento de la propia naturaleza humana.
Aquí es necesario recordar que la sociedad es el resultado directo de las condiciones de las familias y que el origen de la familia es el matrimonio. La idea original y perdurable del matrimonio se encuentra en el origen de esa palabra, del latín “matrimonium”, compuesta de “mater, matris” que significa “madre, matriz”, y “monium” que significa “calidad de”, indicando desde siempre que se refiere a la maternidad legítima de los hijos de un varón; veamos también que el plural de “matrimonium” era “matrimonia” que se refería al conjunto de mujeres.
Así que matrimonio ha tenido desde siempre una connotación sexual y como tal el origen de la familia, no porque se tuviera la certeza de tener descendencia sino porque por naturaleza la procreación requiere del concurso de los sexos, es decir, de la madre y del padre.
Pero “palabras son palabras” dirá cualquiera. Lo medular es que cuando se habla de matrimonio homosexual se olvida la realidad sexual de él con él o de ella con ella, que no les confiere por su propia naturaleza la procreadora, y repito, no es que sean o no fértiles sino que por su propia condición natural las uniones de hombre con hombre o de mujer con mujer están fuera del ámbito de generar descendencia, simplemente porque no son uniones naturales. Como igualmente fuera del ámbito natural del varón está el amamantar a sus hijos.
Pues así como a ella su naturaleza le confiere amamantar, es lógico que también le da otras potencialidades para desempeñarse en el matrimonio y con sus hijos; de igual manera el varón tendrá de manera natural sus cualidades que le ponen en condiciones de desempeñarse como padre.
La libertad es un derecho natural para todos, pero no está por encima de la verdad; cuando pongo la libertad al margen de la verdad, me voy por donde se me antoja -cierto- pero a gran riesgo de no llegar a buen puerto. Es que no se necesitan más palabras: Señoras diputadas y señores diputados de Sonora: Por lo que más quieran, muéstrennos que actúan con sentido común.
Médico cardiólogo por la UNAM.
Maestría en Bioética.
jesus.canale@gmail.com
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