¿Qué futuro les espera a las generaciones nacidas a partir de 2020 frente al cambio climático?
Un estudio internacional advierte que los niños nacidos en 2020 enfrentarán más fenómenos climáticos extremos si no se frena el calentamiento global.
CIUDAD DE MÉXICO.- El cambio climático ya está teniendo efectos palpables: olas de calor, sequías, inundaciones más intensas, aumento del nivel del mar, pérdida de biodiversidad y problemas de salud asociados. Todos estos impactos, provocados por actividades humanas, no son una amenaza futura: están ocurriendo hoy y afectan a millones de personas en todo el mundo.
Una crisis climática que ya se siente
Con esta preocupación en mente, un grupo de científicos de Canadá, Bélgica y Suiza realizó un estudio para entender cómo podría afectar el calentamiento global a los niños nacidos en 2020 cuando sean adultos. Publicado en la prestigiosa revista Nature, el informe advierte que, si no se cambian las políticas actuales, esta generación enfrentará consecuencias mucho más severas.
Según el estudio, si el aumento de la temperatura global alcanza los 3.5 °C para el año 2100, el 92% de los nacidos en 2020 vivirán olas de calor sin precedentes. Este riesgo se reduce al 52% si se logra limitar el calentamiento global a 1.5 °C, lo que subraya la importancia de actuar con rapidez y decisión.
Proyecciones preocupantes para el futuro
Los investigadores usaron modelos climáticos y datos socioeconómicos para construir proyecciones a lo largo de toda la vida de los niños nacidos en 2020. Se basaron en datos del proyecto internacional ISIMIP2b, que simula fenómenos como olas de calor, incendios forestales, pérdidas de cosechas, ciclones tropicales e inundaciones.
El trabajo fue desarrollado por instituciones como la Vrije Universiteit Brussel, la KU Leuven, el Instituto Meteorológico Real de Bélgica, el Centro Canadiense de Modelado del Clima y el ETH de Suiza. Los expertos también consideraron factores como el nivel de pobreza y el producto interno bruto per cápita para entender cómo la vulnerabilidad socioeconómica influye en la exposición a estos eventos extremos.
El resultado fue claro: los niños que viven en regiones tropicales y en situación de pobreza son los más expuestos a los riesgos. En el escenario de 3.5 grados, el 29% de estos niños enfrentará pérdidas de cultivos y el 14% inundaciones extremas. La desigualdad social se suma así a la crisis ambiental.
Acciones urgentes para evitar lo peor
A pesar de estas proyecciones alarmantes, los científicos insisten en que el futuro aún puede cambiarse. Una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero podría limitar el calentamiento a 1.5 °C y, con ello, disminuir la exposición acumulativa a fenómenos extremos, protegiendo especialmente a los más jóvenes.
Junto con la organización Save The Children, los investigadores destacaron la importancia de colocar a la niñez en el centro de la acción climática. Propusieron eliminar los combustibles fósiles, aumentar los fondos para adaptación climática y garantizar financiamiento justo bajo principios como “quien contamina paga”.
En palabras de una niña albanesa de 14 años citada por Nature: “Ustedes son los adultos en este mundo. Así que asuman su responsabilidad y actúen como verdaderos adultos”. Esta frase resume la urgencia de tomar decisiones responsables hoy para evitar daños irreversibles mañana.
Impactos en la salud y la vida cotidiana
Además de los desastres naturales, el cambio climático pone en jaque a los sistemas de salud. Romina Rekers, especialista en bioética y justicia ambiental, advirtió que una ola de calor podría coincidir con un brote de dengue, lo que exigirá sistemas sanitarios más resilientes y preparados para múltiples emergencias simultáneas.
También mencionó la necesidad de revisar prácticas institucionales, marcos éticos y políticas públicas. Por ejemplo, si aumentan los brotes de enfermedades como el zika, será necesario repensar las políticas de salud reproductiva, especialmente en contextos de desplazamientos forzados por eventos climáticos extremos.
La adaptación también requiere garantizar derechos sociales básicos, como acceso a internet o a documentación oficial, que son claves durante las emergencias. Asimismo, proteger a trabajadores vulnerables frente a condiciones extremas debe formar parte de una respuesta más amplia y coordinada.
Preparar a las sociedades para resistir
Fortalecer la resiliencia del sistema de salud implica también proteger las cadenas de suministro de insumos médicos, que pueden verse afectadas por desastres naturales. Esto incluye asegurar el abastecimiento de vacunas, pruebas y medicamentos en tiempos críticos.
Rekers subraya que la cooperación entre sectores productivos y científicos será clave para enfrentar las crisis futuras. Los gobiernos deben revisar convenios laborales, fomentar la sindicalización de trabajadores vulnerables y diseñar políticas que respondan a realidades cada vez más cambiantes.
El mensaje de los expertos es contundente: el calentamiento global no es solo un desafío ambiental, sino una amenaza directa al bienestar y la salud de las generaciones futuras. Actuar hoy no es una opción, es una responsabilidad ineludible para garantizar un mañana posible.
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