La renovación sanitaria y operativa viene en la industria aeroespacial

Tijuana, BC.- Si bien el sector aeroespacial es uno de los afectados con la pandemia de Covid-19, es de los que tiene más claro la renovación que necesitan. La nueva realidad los obliga a la aplicación de protocolos tanto sanitarios como operativos que reviertan los actuales niveles de riesgo.

En palabras de Roberto Salas, Coordinador de Ingeniería en Mecánica de Cetys Universidad en CampusTijuana, refirió que se pronostica una abrupta demanda después de la pandemia y que de acuerdo a diversos modelos propuestos, en 2023 se vería la recuperación. A su paso, se beneficiarán a los diversos sectores que convergen con la industria aeroespacial.

Esto quiere decir que necesitamos ver nuevos ingenieros y técnicos preparados convenientemente para esta clase de protocolos, que sean capaces de revertir los niveles de riesgo que tiene la industria aeroespacial a una pandemia como la de Covid-19 o nuevas amenazas sanitarias que puedan surgir.

“Se requiere renovación e innovación en la Ingeniería de diseño aeronáutico, protocolos de vuelo seguro (sanitariamente hablando), producción orientada a sistemas de transporte libre de agentes patógenos, también e detección temprana de niveles de riesgo, en la industria en desarrollo flexible y adaptable a una posible reacción imprevista de la condición dominante”, señaló el académico de la Escuela de Ingeniería en Campus Tijuana.

Tijuana

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La relevancia para México y demás países, será que si no se genera la tecnología o ingenieros que atiendan estas áreas de oportunidad, esta tecnología y protocolos tendría que adquirirse a quien lo desarrolle, consideró el experto de Cetys.

El 2020 significó una fuerte debacle para la industria aeronáutica. Las pérdidas y procesos de quiebra se reflejan contundentemente en la caída del Producto Interno Bruto (PIB). “Sin embargo, las perspectivas de recuperación tras el necesario hallazgo de los métodos de control sanitario efectivos son muy altas y prometedoras para el mediano (3 años) y largo plazo (10 años)”.

Por último, Salas reiteró que la industria vería un despunte necesario, conveniente y obligado que beneficiará a clientes y proveedores, dado su carácter global y estratégico.