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El Imparcial / Tijuana / Tijuana

Desperdicio para unos; comida para otros

Toneladas de alimentos son tiradas a la basura por familias, ya que consideran que no están en condiciones adecuadas

TIJUANA.- Tan solo en un hogar de cuatro personas, dos adultos y dos niños, que nos permitieron presenciar la “limpieza” de su refrigerador un día antes de que pasara el camión recolector de basura, se tiraron tres piezas de pollo, arroz, frijoles, nopales, salsa de tomate, cuatro rebanadas de pan, una porción de queso panela y una calabaza.

“Son cosas que se nos fueron quedando y por falta de tiempo o la dinámica diaria ya no alcanzamos a comer y ni con ayuda del refrigerador podemos mantener en buen estado y por eso desafortunadamente las terminamos tirando” aceptó la madre de familia.

Estos alimentos que terminan siendo un desperdicio parecieran poco, pero si multiplicáramos la acción en cada vivienda que está fuera del rango de situación de pobreza en Baja California, las cifras podrían ser alarmantes.

Los apoyos

Por parte de la iniciativa privada, por ejemplo en el sector restaurantero recientemente se firmó un convenio de colaboración con el Banco de Alimentos de Mexicali para procurar un mejor uso de la comida que por diversas circunstancias ya no cumple con la calidad para ofrecerla a la venta.

La misma intención hay por parte de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Baja California con el Banco de Alimentos de Tijuana (Banati).

“Hay productos de tiendas en San Diego que van a vencer en dos días por ejemplo, entonces estamos viendo a través de otra entidad que la Canirac, al margen de un convenio también con el Banco de Alimentos de Tijuana, sea una especie de puente para aprovechar esos alimentos”, dijo Miguel Ángel Badiola Montaño, presidente del organismo de restauranteros.

Acciones civiles

En Tijuana el mayor proyecto que se enfoca al aprovechamiento de la comida lo encabeza el Banco de Alimentos de Tijuana (Banati), que tiene convenios de colaboración con distintas empresas para recoger la comida, organizarla, transformarla y distribuirla entre personas con necesidad.

Reciben alrededor de cinco toneladas mensuales de comestibles, entre perecederos y no perecederos, principalmente de tiendas, cadenas de supermercados, distribuidores de frutas y verduras y marcas de productos en particular.

“En lo personal me ha tocado un alimento que piensas que ya se veo feo o que por cualquier otra razón ya no te gusta, pero no vemos la necesidad que hay en otras partes, y aquí sabemos que con eso podemos ayudar”, mencionó Iris Amescua, encargada de almacén en Banati.

Los donativos son integrados principalmente en despensas que canalizan a grupos comunitarios tras estudios socioeconómicos.

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