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¿Y si gana Biden en USA?

“Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería.”Otto von Bismark

“Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería.”

Otto von Bismark

Decía Daniel Cosío Villegas, que en nuestro sistema político, existía lo que él llamaba “La Ley del Péndulo”, que es una especie de fuerza natural que actúa de manera contraria a fin de que el siguiente presidente de México fuera de características opuestas al anterior. Así por ejemplo explicaba que después de tener un Presidente como Miguel Alemán que destinó grandes sumas del presupuesto en viajes, nuevos fraccionamientos, etc. e incluso se dice que su gobierno enraizó la corrupción en el país, después tuviéramos a un presidente totalmente austero, que difícilmente autorizaba un gasto superfluo, Don Adolfo Ruiz Cortínez, apodado por ello como “Ruiz Codines”.

Después de ese presidente sobrio, vino otro que gustaba de conocer el mundo y viajar a costa del erario, Adolfo López Mateos, apodado como “López Paseos”.

En el caso de los Estados Unidos, pareciera que la Ley del Péndulo de Cosío Villegas, también existe y prueba de ello, han sido no solo la alternancia perfecta de los últimos 30 años entre presidentes republicanos y demócratas, sino también algunas de las particularidades de cada uno de ellos.

Por ejemplo, el triunfo de Barak Obama, se da como consecuencia de un hartazgo de la población afroamericana que no se sentía representada por el partido republicano y veían en él una esperanza para la protección de sus derechos civiles. Sin embargo, en Estados Unidos hay una corriente muy fuerte denominada Nativismo que es la que llevó al triunfo a Donald Trump y que con ello el péndulo se aplica nuevamente.

A mayor abundamiento, el nativismo es una ideología o pensamiento político y social que busca privilegiar a los nacidos en el país de que se trata. Es pues una de las expresiones del nacionalismo demográfico donde los extranjeros nunca son bien recibidos, al considerarlos distintos a ellos, por origen geográfico, racial, religión o cualquier otro rasgo socioeconómico.

El nativismo ha estado presente en muchos países. En Estados Unidos data desde sus orígenes independientes, a pesar de que los “padres fundadores” (John Adams, John Jay, Benjamin Franklin, James Madison, Alexander Hamilton, Thomas Jefferson y George Washington) citaban en sus discursos a Rousseau, Montesquieu, Locke y a otros autores liberales, los norteamericanos originales eran tremendamente elitistas.

Efectivamente, los protagonistas de la lucha independentista, eran, sobre todo, hombres blancos con propiedades que se rebelaron en contra de los impuestos que imponía la Corona, pero dejando de lado a las mujeres y a las personas de color, pues solo los blancos podrían hacer de los Estados Unidos “una gran nación”.

Ahora que vienen las elecciones en Estados Unidos, la lucha será entre nativistas decepcionados de un pésimo presidente y liberales que luchan por mayores oportunidades de desarrollo para todos sin importar su color, raza o religión.

La asunción de Joe Biden como candidato demócrata a la Casa Blanca, es como una bocanada de aire fresco en el escenario político y a pesar de que este candidato se identifica más con la izquierda, promete ser el ganador, aunque habrá que ver que compañera de fórmula lo acompañará en la Vicepresidencia.

Pareciera ser una esperanza para que las cosas mejoren en los Estados Unidos, porque peor ya no pueden estar.

* El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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