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Vota con la razón

Algunos amigos y seguidores me preguntan por quién votar.

Algunos amigos y seguidores me preguntan por quién votar. Apa paquete que me ponen enfrente. Imagínese ponerme a opinar sobre a quién confiarle nuestra sociedad, nuestras legislaturas, nuestros gobiernos y nuestras instituciones. Por lo pronto, la respuesta “fácil” es: vota por quien quieras, pero antes razona quien es quien sin dejarte influenciar por “curanderos de ocasión”, que nos dicen que nos van a arreglar todo. El votar por votar al “tin marín de do pingue” o el clásico “yo voto por los hombres y mujeres de mi partido” es, hoy en día, la salida mas “fácil” y estúpida, que un ser humano sensato y responsable puede hacer.

Los muy pocos candidatos y políticos que nos hablan de ellos (Porque la mayoría solo habla de sus rivales, para descalificarlos), se nos definen como personas de buena voluntad, honrados, cumplidores, etcétera. Si nos limitáramos a creerles, sabiendo que las estadísticas nos demuestran lo contrario, estaríamos mal. Hoy, no basta con decir que se es “líder”, constructor de una nueva sociedad, innovador y progresista. Hay que demostrarlo con hechos.

Pero las buenas intenciones, no se reducen a un discurso. Van más allá de las palabras, gestos o ritos. Reclaman una coherencia de vida. Quizás uno de los aspectos más complicados, cuando alguien se define como hombre de buena voluntad, tiene que ver con el ejercicio cotidiano de aquello que se dice pensar, creer o anhelar. Pero el problema es que, en México, de lo mucho que sobra son cínicos.

Así que, más que dar un nombre, les propongo que vean, en el perfil del “posible electo”, su vida, su ejercicio privado y público, su coherencia, sus principios reales, valores y convicciones que han vivido. Y hay muchas cosas que también debemos de tener en cuenta: Conocerlos más allá de sus slogans; conocer sus propuestas a fondo; saber que han hecho o defendido en el pasado; saber quiénes son los que lo apoyan; saber qué lugar ocupan los pobres y desvalidos en sus propuestas; qué lugar ocupa el derecho a la vida, saber qué lugar ocupan los niños y las mujeres en su mirada de futuro.

La elección de un candidato, y de cualquier servidor público, es un acto de madurez y compromiso. Vaya usted y vote. Si gana su preferido, celébrelo con generosidad y prudencia. Si no gana, hay que saber perder con respeto y dignidad

El 6 de junio estamos convocados más de noventa y cinco millones de mexicanos. Se elegirán más de veinte mil cargos. Todos los estados tendrán elecciones, sólo quince votarán por un nuevo gobernador. Diez son los partidos políticos que buscarán el voto de los mexicanos.

En un mar de propuestas, promesas y campañas de mercadotecnia debemos buscar la verdad. El votante no debe decidir sobre la “popularidad” del candidato, casi siempre inventada por la propaganda que lo apoya, y mucho menos por las típicas prebendas y dádivas de campaña.

Nuestra decisión tendrá consecuencias en el futuro para toda nuestra comunidad.

* El autor es Licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC

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