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Violín priista

Cuando el fascistoide escritor peruano, Vargas llosa, tipificó al eterno y ulcerado PRI de intocable “dictadura perfecta”... 

Cuando el fascistoide escritor peruano, Vargas llosa, tipificó al eterno y ulcerado PRI de intocable “dictadura perfecta”; presumiblemente tenía en mentes el modelo político y económico impuesto sobre las costillas del pueblo sacrificado en el altar totalitario, único e invicto del régimen que durante décadas se adueñó del poder en base a convertir en millonarios a unos pocos mantener en ayuno a los más y repartiendo latigazos sobre cualquier “delirante enemigo de la paz y progreso”.

Desde luego el intelectual orgánico de la derecha al señalar con dedo flamígero a la dictadura priista estaba, con o sin proponérselo, sentando en el banquillo de los acusados al contenido y forma que los hechiceros del tricolor, gradual pero de manera consistente, crearon su dominio autocrático, íntegro y de suyo intocable partiendo de la configuración de un partido engendrado, fraguado y usado por y para una elite hecha gobierno que sabionda ancló el navío pirata en las organizaciones jornaleras del campo y la ciudad, que sometidas de parte del corrupto charrismo sindical, han sido determinantes para que la gran burguesía y cómplices continúen disfrutando del largo verano sustentado durante los últimos 100 años (1920-2021).

Obvio que la formación del sistema autoritario presidencialista fue cimentado, impensable ocurriera distinto, bajo firme corrupción e impunidad guiada institucionalmente para saquear bienes nacionales, robar caudales públicos y subastar al capital extranjero recursos naturales, que añadidos a otras fechorías iguales, constituyen la funesta dictadura del Prigobierno que caracterizada perfecta, imperfecta, blanda o resistente lo fatídico se constriñe a salvaguardar un Estado donde el derecho es inexistente, la desigualdad lastima, los de abajo rondan maldecidos y los de arriba galopan bendecidos, entre ellos, un tropel, la flor y nata de políticos inmorales atrincherados en partidos de idéntica calaña.

Precisamente el centenario funeral hasta hoy vivido por la población no puede ni debe ser visto a un costado, al borde del orificio que surte al desagüe por donde escurren las pragmáticas funcionales y rutinarias maneras que la partidocracia antepone cada vez que se trata de repartir el botín “representativo” y reciclado de parte de la maquinaria legislativa judicial y ejecutiva pues el control concertado dependerá de tener la supremacía sobre la farándula partidista y sus caricaturescos líderes los que no cesan de bailotear al compás del violín afinado por el priato.

Y como ejemplo a lo anticipado tenemos la calcomanía de Morena, copia fiel tomada del original priista a partir del precoz alumbramiento que sus parteros ocasionaron provocando un nacimiento prematuro del producto, que a pesar del pesimista pronóstico, sobrevive aunque abastecido con las peores mañas del PRI, entre otras, el de conformar y sostener un grupúsculo de jefes y operadores acreditados para opinar, profetizar, ordenar y decidir por y para ellos mismos pues al partido le anularon su esencia, a saber, la participación y representación de su base militante que tullida se ciñe a solo mirar, escuchar, murmurar, implorar mendrugos o de plano salir huyendo de un círculo vicioso gansteril, labioso y faccioso…

*- El autor es diplomado en Periodismo por la UABC.

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