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Víctima de los urbanitos

Sigo con el fenómeno de fin del mes pasado, cuando al unísono miles de urbanitos en cientos de carros, la mayoría inapropiados para transitar la terracería que va...  

Sigo con el fenómeno de fin del mes pasado, cuando al unísono miles de urbanitos en cientos de carros, la mayoría inapropiados para transitar la terracería que va de La Rumorosa a Laguna Hanson, fueron a gozar la tremenda nevada que cayó ese fin de semana y de mes.

Opiné desde mi propia experiencia de explorador y cazador, pero varios lectores que viven temporadas en la sierra me escribieron para decirme que estaban de acuerdo conmigo, al condenar la destrucción que hicieron de este importante camino serrano. A continuación, el testimonio no solicitado de un rural que ha sufrido el impacto de los urbanitos:

“Buen día don Alberto, le escribo para saludarlo y agradecer lo que hace en bien de nuestro entorno, leo sus columnas y me transporto a todos los lugares de sus relatos. me causa tristeza sin embargo lo que pasó en el camino a Sierra de Juárez causado por los urbanitos. Pienso se debe al desconocimiento, incultura, ignorancia y en otras, pendejéz, Tengo una cabaña en los terrenos de un rancho aledaño a la Laguna Hanson y he recorrido este camino muchas veces dándome cuenta de cómo afectan los urbanitos la psiqué de los que con emoción buscamos el contacto con la naturaleza respetando el entorno, a los animales que ahí habitan, no tirando basura, no haciendo fogatas en lugares no autorizados, viajando a velocidad moderada, cediendo el paso a vehículos con más prisa que nosotros, si paramos haciéndolo en un lugar despejado y orillándonos para no interrumpir el paso, etc. Pero qué pasa con esta gente, en su trayecto a estos lugares van arrojando basura, botes de cerveza, botellas al camino, si paran lo hacen en medio del camino y abren todas las puertas del vehículo interrumpiendo el tránsito hasta que terminan de orinar y estirar las piernas, si van despacio no ceden el paso y en otras no se dejan rebasar .Ya de regreso y en estado de embriaguez o crudos se roban los anuncios del camino cual si fueran souvenirs, he sabido de estúpidos que después de una fiesta y en estado etílico se organizan para ir de cacería, "a matar venados a la sierra" y allá amanecen cual ocurrentes que hacen lo mismo como otros amaneciendo en San Felipe, con todo esto el disfrute ya no es igual. Pienso que este tipo de comportamiento genera fricciones con otras personas ocasionando eventos violentos como los acontecidos en esos días nevados. Me despido deseándole lo mejor y asegurarle mi disposición en apoyar en lo que se pueda en mejorar esta situación”.

A este testimonio agregaría decir que una conducta negativa y muy molesta, es la música a todo volumen que utilizan estos irrespetuosos urbanitos. Vamos al campo a sintonizar el silencio. A escuchar el rumor del aire entre las agujas de los pinos. A oír el aullido del coyote y la algarabía del pájaro piñonero. De este sentir rural debemos extraer las normas de etiqueta que todos debemos seguir cuando vamos al campo.

*- El autor es investigador ambiental.

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