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Vacuna

La falta de empatía de muchos complica la epidemia. Es sabido que nacemos con cierta o ninguna capacidad y forma afectiva.

La falta de empatía de muchos complica la epidemia. Es sabido que nacemos con cierta o ninguna capacidad y forma afectiva. La capacidad de responder afectivamente al otro varía mucho de individuo a individuo. La empatía determina en mucho el éxito dentro de la tragedia. Como en la guerra, la tragedia es inevitable, cuantas menos pérdidas humanas haya, mejor. Hay que contar que siempre habrá un amplio grupo insensible a la tragedia del coronavirus. Ante ello hay que tomar medidas que los contengan. La miseria humana es inevitable, los menos hacen mucho daño. Es increíble que a la fecha tengamos más discriminación y explotación al personal que atiende el Covid en México. En las ciudades civilizadas todos al unísono manifiestan apoyo al personal de alto riesgo de contagio. Somos un país inundado de criminalidad desde mucho antes de la pandemia, el sicópata aprovechará el río revuelto.

Es momento de solidaridad, de la empatía al prójimo. Cada vez estamos más lejos de la globalidad. Una respuesta global no es posible aún, ni siquiera ante una pandemia. La vacuna y el alunizaje es una frecuente comparación, el que llegue primero demostrará que es el más fuerte, eso es todo. No es posible una amplia colaboración de los hallazgos científicos, dicen se protegen del plagio. La colaboración debería ser un orgullo y un logro, así avanza la ciencia. Si cada quien elabora su vacuna en secrecía perderemos tiempo valioso, podemos llegar a la guerra de las vacunas. Qué haremos ante un escenario en 2021 con la oferta de varias vacunas, ¿cuál aplicarse? La respuesta llevará mucho tiempo y apostaremos a lo que tengamos a la mano. Hay que empezar a prevenir la desconfianza a las vacunas. Más allá del torpe conspiracionismo, existe una desconfianza a la competencia que habrá entre Pfizer, AstraZeneca, Johnson & Johnson, Sanofi, GSK, Eli Lilly, Moderna, rusas, chinas, árabes y anticipo que hasta cubanas tendremos. Los años nos dirán cual fue mejor, todos seremos gustosos participantes del experimento. Los intereses comerciales chinos, rusos, americanos o ingleses nos pueden confundir. Bendito será el día en que podamos preguntarnos cual vacuna funcionará mejor. La ciencia nos salvará de esta falla empática ante este singular episodio histórico. Una vacuna protegerá a los que lleguen vivos a su aplicación el año próximo. La falta de empatía grupal, por ciudad o región, nos somete a fallas sanitarias que aceleran el contagio, ese será el triste recuerdo que dejaremos en la historia, miles de muertos y muchos sin conmoverse. Son muertes prevenibles, la humanidad grupal nos protegería mucho. La deshumanización ante tanta enfermedad y muerte es nuestro peor enemigo. Aún falta liderazgo que genere civismo, es una carrera contra el tiempo.

* El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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