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Un México, dos visiones diferentes

Dos visiones distintas de una misma realidad parece ser que lo que ahora estamos viviendo en México.

Dos visiones distintas de una misma realidad parece ser que lo que ahora estamos viviendo en México. Esta manera de pretender explicar la realidad de nuestro país y decirnos que las cosa van bien, no es lo que los ciudadanos estamos viviendo y observando.

La visión que tiene el actual presidente de nuestra realidad en los diferentes temas que interesan al país para su sano desenvolvimiento, dista mucho de la realidad que un número importante de mexicanos estamos viviendo, o padeciendo. En sus discursos diarios, el presidente Andrés Manuel López Obrador, nos describe una realidad totalmente diferente a la que muchos mexicanos estamos observando.

En el tema de la seguridad, es innegable, que ésta a pesar de los discursos oficiales sigue siendo crítica, es decir a diario amanecemos con nuevos actos de violencia que hasta hace algunos años sería inimaginable para algunos de nosotros. Que si bien viene de administraciones anteriores, también es cierto no se ha podido frenar.

En el terreno de la economía, hemos manifestado desde hace algunos meses en este espacio, y concretamente al concluir el segundo trimestre del año, que se está atravesando por un periodo de cero crecimientos con alto riesgo de caer en una crisis de no corregirse el curso de la política pública.

En recientes declaraciones en el Foro Forbes de Negocios, el Secretario de Hacienda y Crédito Público, hizo referencia al entorno económico desfavorable que se visualiza a nivel mundial, mencionando incluso que, aunque el país no ha caído en recesión, debemos reconocer que el crecimiento que se ha venido registrando es muy mediocre en los últimos años. Esa sola afirmación, en lo particular me hizo pensar que la política económica pudiese cambiar favoreciendo la inversión y el crecimiento. Lamentablemente, no fue así.

Argumentaba que el entorno a futuro presenta algunos riesgos, debido a la una desaceleración de la economía mundial, provocada por los desencuentros o guerra comercial entre las dos grandes economías mundiales, China y Estados Unidos, además de los problemas que se derivarían con la salida de Reino Unido de la Unión Europea.

Pero esa realidad que nos explicaba el Secretario de Hacienda es muy diferente a la que manifiesta el presidente. Que sigue insistiendo que vamos en terreno económico por buen camino y que a él no le preocupa el crecimiento de la economía, sino el desarrollo. Hasta aquí sigo aun sin entender, porque no podríamos explicar el Desarrollo económico, sin crecimiento. Quizá esa concepción que manifiesta el primer mandatario, es lo que le hace pensar que será posible mantener una onerosa política social en los diferentes programas para combatir la pobreza, a pesar de que la economía caiga en recesión o en estancamiento en el mejor de los casos.

Tampoco creo que vaya a ser posible crecer a tasa del 2 por ciento este año y tasa del 6 por ciento en los próximos cinco años, si en estos primeros tres trimestres del año tenemos una tasa de casi cero.

Por esa razón menciono que no logro entender el discurso del presidente, y no me agrada que nos quiera vender como buena una realidad que solo él está viendo.

La realidad es que la economía no está creciendo, cifras del INEGI, registran en los tres primeros trimestres de este año una tasa de 0.0 por ciento comparada con 2018. Existe una disminución en las ventas al mayoreo, hay una caída del nivel de empleo, se han perdido en el presente año más de 356 mil puestos de trabajo, es decir lejos de crearse nuevos empleos estos han disminuido por lo tanto la tasa de desocupación está creciendo. Esta caída de empleos es consecuencia de una caída en la Inversión tanto pública como privada. Ha caída la producción industrial, las exportaciones de vehículos que había sido un sostén fuerte de las exportaciones mexicanas se han venido a la baja también.

Con este panorama, es difícil creer que vayamos por buen camino, por eso pregunto, ¿qué hacer para creerle al presidente y aceptar su visión optimista sobre el futuro de nuestro país.?

Es importante que el presidente abandone su postura de confrontación ante las opiniones que divergen de su visión optimista y llegue a acuerdos y se construya con los diferentes sectores sociales una nueva ruta que nos permita construir los escenarios para que la inversión y el crecimiento económico se den y con ello poder hacer frente a los problemas sociales que cada día se agudizan. NO VEO OTRO CAMINO.

No podemos permitir que el país se nos caiga ya que su reconstrucción tendría un alto costo en lo económico y lo social.

* El autor es economista de profesión, fue presidente del Colegio Estatal de Economistas y vicepresidente del Colegio Nacional de Economistas.

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