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Señoras: ‘No hagas cosas buenas que parezcan malas’

La vida no es fácil, pero muchas veces nosotros mismos nos la complicamos de más.

La vida no es fácil, pero muchas veces nosotros mismos nos la complicamos de más. Tal es el caso de quienes, en una situación desorientada, hacen algo que creen es bueno pero que aparenta o resulta malo. Y este tipo de situaciones las vemos todos los días, en todas las personas, en todas las acciones. Pocos nos salvamos del tropiezo, y menos quienes están en el gobierno y los deslumbran las lucecitas del poder.

Por más que uno diga que la intención es buena y que se malinterpreta, es una realidad que a veces las cosas se hacen mal. Y así, unos se sienten ofendidos, agredidos o confundidos. “No hagas cosas buenas que parecen malas”, es algo que hay que tener siempre en cuenta porque eso debilita la credibilidad de las personas y organizaciones.

Concretamente me refiero a gente que está llegando al poder, o esta cercana a él y que debería de ser sutil por normatividad y ética. Cada cual sabe de quien se trata y está en cada uno decidirse a actuar bien o a que, dentro de un descomedimiento lamentable, se deje que se piense mal. A veces están tan imbuidos en hacer lo que quieren, que poco les importa si está bien o está mal. Y ya con eso tenemos para saber con qué clase de gente estamos tratando. Cada cual es responsable de su comportamiento.

En esta idea, se puede resumir, de manera sucinta, lo que pasa en cada nuevo gobierno, como es el caso ahora con el de Baja California y Tijuana. De los dos, espero lo mejor, pero ciertas acciones ponen en tela de juicio el correcto proceder, concretamente viendo los resultados de las consejerías cercanas con las que cuentan las nuevas autoridades.

Tenemos pocas semanas con los nuevos gobiernos y ya tuvo que venir el presidente de la República a hacer que se dieran la mano la gobernadora y la alcaldesa de Tijuana, lo que por lo pronto a un servidor dio una pena ajena grande. Estamos estrenando gobiernos y ya estamos con problemas internos. Están comenzando a ejercer su trabajo dos damas empoderadas y lo primero que tienen que demostrar es que llegaron ahí por suficiencia mental y moral.

¿Por qué nos cuesta hacer las cosas bien? Hay que poner atención en lo relevante y a tomar sistemáticamente las mejores decisiones para la entidad, garantizando de este modo su sostenibilidad, desarrollo y desempeño en el mediano y largo plazo. Ya no hay peros que valgan.

Para que todo se dé adecuadamente, se necesita gente de primer nivel, con calidad humana y profesional en el equipo de trabajo: su preparación, su actitud, la diversidad de su composición, su nivel de compromiso, la eficiencia de sus procesos, la efectividad de su factor humano, su capacidad de liderazgo y de innovación, son precisos… Todos ellos elementos clave para que nuestra sociedad progrese. Hoy, las damas que nos gobiernan, tienen una muy grande responsabilidad en sus manos.

*El autor es consultor en participación ciudadana, desarrollo social y cultura de la legalidad.

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