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¡Quiero ser gobernante!

La calentura electoral está a la orden día. Cuestión de ver los hechos y saber que las campañas políticas 2021 en México ya empezaron.

La calentura electoral está a la orden día. Cuestión de ver los hechos y saber que las campañas políticas 2021 en México ya empezaron.

El Presidente de la República habla, en sus soporíferas “mañaneras”, un dia si y el otro también, de fraudes electorales “que no debemos olvidar” como aquel que orquestó Miguel de la Madrid y Manuel Barttlet (hoy en Morena) así como de la BOA y demás conspiraciones marcianas para “derrocar” su, debo entrecomillarlo, “gobierno”.

La Cámara de Diputados, controlada por el partido en el poder, intentó hacer exactamente lo mismo que hicieron los anteriores partidos que detentaron el gobierno: colocar Consejeros Electorales en INE a “modo”. Gente que ellos piensan que les serán leales y defenderán sus intereses.

Los medios de comunicación ya “miden” la popularidad de personajes, sus perfiles, los golpes bajos entre ellos. Se publican encuestas para diagnosticar (a 12 meses de la elección), cuantas gubernaturas, de las 15 en juego, se mantendrán para el PRI o en PAN o cuantas nuevas ganará Morena o el Movimiento Ciudadano (los partidos con mejores intenciones regionales del voto).

Se han multiplicado los “medios” digitales con “noticias” de precandidatos, o mas bien suspirantes, que ya no hayan cómo hacerse notar o denostar al potencial enemigo (casi siempre interno).

Los funcionarios públicos que se creen merecedores de subir el escalón, cada día lo usan para fregarse a su compañero de partido y hacer visibles sus errores. Aquí en Baja California, el nuevo partido de Morena, es una carnicería donde se juega a ver quien saca la cloaca mas apestosa del contrincante interno. Partido vs Gobierno Federal vs Gobierno Estatal vs Gobierno Municipal. ¡De sentarse con unas palomitas a ver el espectáculo!.

Todos los días hay nuevos “movimientos” 2021. Páginas de redes sociales con los eternos suspirantes, con los recién llegados que ya se creen merecedores o con los viejos (y casi siempre corruptos políticos) que le apuestan al olvido de sus pasadas fechorías y hoy se intentan vender como impolutos y salvadores del gobernante en turno.

También andan por ahí los que si creen que pueden hacer el cambio moviendo lo que pueden y hasta donde pueden, ya sea con su dinero o con sus relaciones. No pocos son los mismos de las pasadas elecciones, casi podríamos decir que eternos “tiradores”. Su corazoncito (político) les sigue latiendo.

En algún lugar están los perfiles ciudadanos que tienen lo que necesitamos: ejemplo de vida, lucha y resultados. Carisma para caer bien. Pero no se atreven, les asquea la clase de política que hoy se ejecuta, que hoy vemos.

Ahí está, también, el pueblo que aspira a que llegue su “gallo”. El que está dispuesto a hacer lo necesario para que no le quiten su beca del bienestar, le den o le dejen un puesto de trabajo en la administración pública o poder hacer (jugosos) negocitos de y con el gobierno. El interés personal por delante.

Y luego estamos (me incluyo, cómo no) los que solo queremos un gobierno de resultados. Uno que privilegie las cosas básicas: vivir tranquilos, con servicios, en una ciudad limpia, bonita, en orden. Menos circo y mas servicios públicos eficientes para todos. Menos espectáculo político y mas empresas invirtiendo y dando trabajo con buenos sueldos.

Por supuesto, están los ciudadanos que no les importa nada porque ya no esperan nada. Están tan hartos (y asqueados) de lo que vemos y oímos todos los días, que creen que ya no hay remedio en el país. Que viven en las ciudades y no se involucran. Ni lo harán. Es mas, ya ni opinan de la realidad del país.

Me han preguntado muchas veces que si quiero ser gobernante algún día y mi respuesta siempre es por el mismo lado: si, porqué no. Pero, la realidad, es quiero mas ser un ciudadano que viva para ver la transformación de nuestro país a uno de primer mundo, donde el orgullo mexicano sea competir como el que mas, en las grandes ligas de los negocios y las relaciones comerciales, los deportes, el turismo, el respeto a la dignidad de las personas. Me quedan cuando menos, espero, 25 años para ser testigo.

* El autor es empresario, turistólogo y un enamorado de su ciudad.

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