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Que siempre no va la revisión de patrimonios por el Inegi

“Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien.”Victor Hugo

“Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien.”

Victor Hugo

Hace unos días, el presidente nacional Interino de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, lanzó una iniciativa denominada Acuerdo de Unidad y Solidaridad Nacional, por medio de la cual pretendía dotar de mayores facultades constitucionales al INEGI para que ahora mida la concentración de riqueza, argumentando que es la única manera de conocer el nivel de desigualdad en el país.

Efectivamente, dicha propuesta buscaba el acceso del INEGI a cuentas del Servicio de Administración Tributaria (SAT), así como a la información financiera y bursátil de los mexicanos, argumentando que: “el INEGI debe entrar sin ningún impedimento legal a revisar el patrimonio inmobiliario y financiero de todas las personas. Cada dos años debe dar cuenta de los resultados que arroja la totalidad de los activos con los que cuenta cada mexicano”, con lo cual pretendía, descaradamente, emular los sistemas totalitarios como el fascismo de Benito Mussolini, el nacismo de Hitler o el régimen cubano de Castro entre otros, en donde la libertad del ciudadano no existía.

Este tipo de medidas atenta contra las garantías individuales de todo mexicano que tiene derecho, de manera honrada, a crear un patrimonio, sin embargo, pareciera que a los ojos de Ramírez Cuéllar esto es malo y tiene que revisarse porque unas personas tienen más dinero que otras. Como dice la nota inicial, “es la única forma de conocer el nivel de desigualdad en el país.”

Sin embargo, vale la pena conocer el perfil de Ramírez Cuéllar y percatarse que se trata de un sujeto que en su juventud se dedicó a invadir propiedades para convertirlas en “casas de estudiantes”, llegando a ser el líder de Consejo Nacional de Casas de Estudiantes. Militó en diversos partidos de izquierda y más tarde defendió a un grupo de deudores de la banca para formar “El Barzón” y luchó en contra del FOBAPROA.

En diciembre de 2005 entró a caballo a la Cámara de Diputados, dictándole, posteriormente formal prisión por los delitos de motín y daño en propiedad ajena, sin embargo y por presiones de la izquierda fue liberado.

Frente a este pretendido atropello a las garantías elementales, el Presidente López Obrador, afortunadamente descalificó esta propuesta, considerándola como incorrecta al mencionar que se tienen que mantener en privado los patrimonios de los ciudadanos y puntualizando que esa obligación de transparentar patrimonios es exclusiva para los servidores públicos.

En esa virtud, se manda un mensaje en el sentido de que el secreto bancario, seguirá siendo un derecho que tenemos todos los mexicanos y que no porque exista desigualdad en el país, producto de innumerables situaciones, se deba revisar y cuestionar porque tal persona tiene más recursos que otra, sobre todo cuando el origen de su patrimonio es producto del trabajo, ahorro y esfuerzo.

Recordemos que nuestra Constitución, no otorga derechos, los reconoce, pues antes de que naciera la Carta Magna, los ciudadanos ya teníamos esos derechos. Por tanto, tendremos que cuidar que “iluminados” como Ramírez Cuéllar pretendan pisotear los derechos que tenemos desde antes de que existieran corrientes de izquierda o derecha.

*El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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