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Políticos traidores

Es increíble cómo reaccionan, con el tiempo, los políticos que tuvieron la fortuna de hacer fortuna, cuando resultaron candidatos formales de sus partidos, y que, posteriormente, el electorado los eligió formalmente.

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Es increíble cómo reaccionan, con el tiempo, los políticos que tuvieron la fortuna de hacer fortuna, cuando resultaron candidatos formales de sus partidos, y que, posteriormente, el electorado los eligió formalmente. Ese es el momento en el que, todos y cada uno de ellos, comienzan a cambiar para enfocarse en el escenario personal, primero, en el de su partido, después, y en el de cómo beneficiar a quienes los llevaron al triunfo, que es lo que menos les preocupa. Sus campañas, ya lo sabemos todos, fueron un cúmulo de buenos deseos, de consignas revolucionarias, de gritar, denunciando, la enorme corrupción en la que estamos inmersos y, en general, de sus intenciones de eliminarla. El diputado por Baja California, Román Cota Muñoz, de extracción priísta, fue llevado a la curul federal, con el apoyo de la gente de su partido, a los cuales juró defender y apoyar hasta las últimas consecuencias. Sin embargo, a las primeras de cambio los traiciona al renunciar a su partido y adherirse a otro. A la base militante, no les compartió su decisión con anterioridad, ni les explicó los motivos de este cambio tan radical. Él tomó su decisión de manera personal y a escondidas, con esto se convierte automáticamente en su enemigo. ¿Por qué se va? Porque las expectativas de que el PRI sea competitivo son no solo mínimas, sino que no existen. Sabía el diputado, porque esto lo analizaron en sus reuniones cotidianas, que los cuadros fuertes del priísmo, volaron en cuanto López Obrador fue declarado ganador, dejando al PRI desolado.

Cota Muñoz se cambia a Morena de manera oportunista y gandalla, porque quiere asegurarse un lugar con quienes, segúramente, resultarán vencedores en las próximas elecciones federales. Los partidos no le

interesan y no les ofrece ningún tipo de lealtad. Si Morena pierde, con toda seguridad renunciará para integrarse a los ganadores. No recuerdo que haya promovido alguna acción tendiente a eliminar la inseguridad que padecemos, ni que haya denunciado, ni promovido demandas penales contra exgobernadores y expresidentes municipales, que cometieron peculados, enriqueciéndose inexplicablemente.

Con la enorme capacidad que tienen los funcionarios electos o nominados de primer nivel, por los equipos de trabajo con que cuentan, hubiera sido sencillo elaborar demandas penales. No obstante, no existió la motivación que da la consciencia ciudadana para promover juicios, convirtiéndose en protectores reales de delincuentes. En ese sentido, hace unas semanas, el exgobernador panista José Guadalupe Osuna Millán, aseguró que no votaría por el exgobernador, Kiko Vega de la Madrid, interesado en ser senador, por su mala administración durante su administración. No obstante, no lo denuncia formalmente. Con esto, Osuna Millán no sólo traiciona a los panistas, sino que, en general, lo hace contra los bajacalifornianos. Sabe que, con esta declaración, pone un escollo contra Vega de la Madrid, y aumenta sus posibilidades personales de ser electo candidato a la senaduría. No recuerdo que Osuna Millán haya denunciado las irregularidades y delitos de Vega de la Madrid, pero sí lo hizo, no procedió legalmente en su contra por intereses partidarios, reforzando el increíble índice de impunidad bajacaliforniano. Vale.

*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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