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Pobre basquetbol

La verdad de las cosas, México nunca ha sido una potencia mundial en el basquetbol, pero, al menos a nivel casero, había buenas competencias, de calidad.

La verdad de las cosas, México nunca ha sido una potencia mundial en el basquetbol, pero, al menos a nivel casero, había buenas competencias, de calidad.

Obviamente que lo mejor eran los nacionales de Primera División, que tienen años sin realizarse, al menos como tenían acostumbrados a los aficionados de antaño.

Los problemas empezaron cuando Jorge Toussaint se les puso al brinco a las autoridades deportivas, que retiraron todo apoyo a la Federación Mexicana de Basquetbol y desconocieron al Pachuco como presidente.

Por cuestiones legales, eso no puede hacerse, ya que la federación es asociación civil y los únicos que pueden destituir al presidente son los integrantes de la misma.

Pleitos en todas las instancias, durante muchos años y cuando resolvieron a favor de Toussaint, el Pachuco reclamó que le fueran entregados todos los apoyos económicos a la federación, durante el tiempo que duró la batalla legal.

Hubo presidentes de la Federación Mexicana de Basquetbol que tenían el aval de las autoridades, pero el bueno, para mal o para bien, siempre ha sido y aún es, Toussaint, quien sigue peleando.

En algún tiempo existió la Alianza del Básquetbol, que presidía Arturo Guerrero, el Mano Santa, de gratos recuerdos para los aficionados de Tijuana, ya que fue uno de los estelares de Dragones en el Circuito Superior de Basquetbol.

Casi al mismo tiempo nació la Asociación Deportiva Mexicana de Basquetbol, la Ademeba, que tenía la intención de regular en México la actividad del deporte ráfaga.

En Baja California llegaron a existir tres presidentes de asociación estatal, Juan Carlos Ramírez, que avalaba la Federación Mexicana de Basquetbol, César Valencia, representando a la Alianza y Nasser Milanés, reconocido por Ademeba.

Quién sabe qué acuerdos tomaron a nivel nacional, pero Ademeba quedó como el máximo órgano rector del deporte ráfaga a nivel nacional y así fue durante un tiempo.

Hace unas semanas, la Federación Internacional de Baloncesto dictó una suspensión a Ademeba, pues según Fiba, no cumple con sus obligaciones como federación.

Aunque la suspensión no alcanza a los jugadores, que habían sido autorizados a participar en la etapa clasificatoria de la Copa América, que tuvo que reprogramarse, por la contingencia sanitaria.

También dejaron que Guadalajara conservara la sede de un evento 3X3 y que los equipos mexicanos pudieran competir, aunque también deben cambiar de fecha.

Lo que está en el aire es la participación del equipo mexicano, es una competencia programada en Croacia, buscando un boleto para Juegos Olímpicos, que se recorrieron para el 2021, en Tokio.

Es la segunda suspensión de Fiba a Ademeba, la primera en el 2015, por no tener el reconocimiento de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, aunque meses después fueron reactivados.

Xóchitl Lagarda Burton, una empresaria de Sonora, fue electa presidenta de Ademeba, en un proceso no muy claro, pero fue unánime, ya que firmaron los presidentes de las 32 asociaciones estatales, así como los representantes del Instituto Politécnico Nacional, Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Mexicano del Seguro Social.

En contra de Lagarda Burto estaba que no contaba con experiencia en este deporte, pero en la elección estuvo acompañada de su paisana Ana Gabriela Guevara, directora de Conade y Carlos Alves, de Fiba Américas, lo que influyó en la decisión de quienes votaron.

Las destituciones de Modesto Robledo, de la asociación de Tamaulipas y Cristóbal Vargas, de Sonora, sin tomar parecer a la asamblea mucho tuvieron que ver para hacer necesaria la intervención de Fiba.

Se habían compuesto las cosas, al menos así parecía, en el baloncesto mexicano, pero ahora quedan al margen de las competencias internacionales, por ahora.

Aunque, en honor a la verdad, los perjudicados son los pochos, ya que son mayoría en la selección nacional.

Ya no tenemos más espacio para los Apuntes, que hasta aquí llegan… por hoy.

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