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Pericos indeseables

¡Y de pronto, aparecieron pericos por donde quiera! Esta expresión se escucha en toda Norteamérica y Europa.

¡Y de pronto, aparecieron pericos por donde quiera! Esta expresión se escucha en toda Norteamérica y Europa. Pericos o cotorras que nunca habían estado aquí, ahora están. No es su hábitat, no es su tierra, pero como toda especie viva, aprovecha las ventajas que le ofrece un hábitat nuevo, se establece y reproduce aceleradamente. Pero esa casa nueva para ellos, ya tenía habitantes, algunos nativos y otros migrantes establecidos durante, en el caso de Mexicali, más de un siglo.

Nativos como el cenzontle y la paloma huilota, migrantes como el pichón o paloma doméstica y el gorrión casero, fueron antes en tiempo que el perico monje o cotorra argentina (Myiopsitta monachus), que desde Uruguay y Argentina han poblado a toda Norte América. Pero no llegaron migrando, fueron importados legalmente para satisfacer el mercado de mascotas, ya que los pericos mexicanos fueron vedados desde 2018, para ser capturados, criados, transportados, vendidos o poseídos, por una ley de consecuencias desastrosas para la fauna afectada, como lo fueron los animales de circos en su momento, que murieron de hambre y abandonados al decretarse ilegal su posesión.

A los pericos indeseables, ya se les ha declarado “fauna exótica e invasora”, y empezará una guerra contra ellos para exterminarlos. Los Gobiernos de Norte América han declarado que son vectores potenciales para trasmitir el virus de Newcastle, la gripe aviar, la babesiosis y clamidiosis. ¡Otra pandemia NO por favor! Además, matan y reemplazan a las especies nativas, como las mencionadas, y los cazadores no queremos quedarnos sin la sabrosa huilota y los poetas sin los cenzontles. En los EUA, muchas especies de aves cantoras están siendo afectadas por los pericos monje.

En una situación similar está Europa. Sobre todo España, Inglaterra y Alemania, que han iniciado ya con el exterminio de la cotorra de Kramer (Psittacula krameri), llevada desde Pakistán y Senegal, con el mismo propósito que se tuvo en Norte América, para venderlos como mascotas. Pero escapados o liberados, ahora constituyen una formidable plaga que puede trasmitir enfermedades y, como en América, provocar pérdidas considerables en las cosechas agrícolas. Quizá Usted piense, pero nuestros “monjesitos” viven en las ciudades en donde no hay agricultura. Pues tengo que decirles que ya hemos visto en la zona agrícola de la Colonia Pólvora, parvadas de pericos monje volando en vida libre. Sin duda, los primeros en sufrir su expansión serán los productores de dátil y todo tipo de huertos de frutales. Pero como también comen grano, trigo, sorgo, cártamos, cebada, y ajonjolí tendrán pérdidas que se incrementarán cada año.

En España están combatiendo a la cotorra de Kramer con francotiradores. Rifleros con armas de aire y mira telescópica salen a diario a eliminar a los pericos indeseables. El sistema es selectivo, no afecta a nadie más, y es altamente eficiente, opinan los españoles. En México, ya se habla de redes trampa y cámaras de gas. En los EUA, seguramente se anunciará su caza libre con arma de fuego en el campo, como ya sucede con la paloma euroasiática.

*- El autor es investigador ambiental.

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