Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Tijuana

Penterafobia

Sin temor a equivocarme, la palabra de hoy levantará ámpulas; pero resulta claro como agua de manantial que -con o sin razón- existe animadversión, rechazo, temor, odio, ojeriza o cualquier otro sentimiento negativo hacia muchas mujeres que son identificadas irónicamente como “mamita suegra”.

Sin temor a equivocarme, la palabra de hoy levantará ámpulas; pero resulta claro como agua de manantial que -con o sin razón- existe animadversión, rechazo, temor, odio, ojeriza o cualquier otro sentimiento negativo hacia muchas mujeres que son identificadas irónicamente como “mamita suegra”.

Acaba de pasar el 14 de febrero y no todo es júbilo, ya que cualquier pareja que sostenga una relación amorosa sea noviazgo, vínculo matrimonial o concubinato tiene (o tuvo) una suegra. Entre ellas, se despliega un amplísimo abanico de actitudes, caracteres y personalidades. Pero, hoy sólo me referiré a las que son causa (repito, con o sin razón) del daño sicológico denominado penterafobia que significa fobia a la suegra.

Es probable que a la altura de este renglón ya hayan abandonado este artículo desde las que tengan una ligero cargo de conciencia hasta aquella que ejercen su condición de suegras a plenitud de manera insidiosa y odiosa.

Parece inverosímil y habrá quien suponga que es una broma. Pero no, el miedo irracional y desmedido a la madre de la pareja existe. Y no es exclusivo de las nueras; muchos yernos también lo padecen.

Lo cierto es que la penterafobia va más allá de un simple desagrado o rechazo. Porque se llegan a presentar síntomas físicos y psíquicos como ansiedad, ataques de pánico, dolores de cabeza, hormigueo en manos y cuerpo, náuseas, pérdida de la realidad y hasta vómito… y conste que esta última reacción no la señalo en forma figurativa.

LA PALABRA DE HOY: PENTERAFOBIA

Del griego ‘penthera’ que significa suegra y ‘phobos’, miedo u odio. Lo dicho: “miedo enfermizo hacia la suegra”.

En descargo de las suegras, algunas personas tienen problemas psicológicos que malamente les atribuye a sus suegras. Señalado lo anterior, no quedan exentas las que a pulso se han ganado la repulsión de sus nueras o yernos.

Trastornos vinculados a la penterafobia son: la socerafobia, miedo a los suegros en conjunto; vitricofobia, miedo al padrastro y novercafobia, miedo a la madrastra. Como ve, hay palabras para todo.

UN CUENTO: LA SUEGRA SILENCIOSA

La estadounidense, Patricia Highsmith (1921-1995) novelista de suspenso, en su cuento “La suegra silenciosa” describe de manera acuciosa y paradójica como se puede ser una suegra desquiciante siendo una muy buena persona.

Su personaje, Edna, quien vive con su hija y yerno, trabaja todo el día en distintas labores del hogar sin hablar una sola palabra y sin hacer ruido. En realidad, su hija y su yerno no tienen de qué quejarse y, sin embargo, la actitud de “La suegra silenciosa” les pone los pelos de punta.

La pareja hace todo lo posible para que cambie su actitud; pero Edna no sale de su mutismo autoimpuesto.

El yerno, odia a Edna y a la vez le teme por su inquebrantable carácter; la hija se enfrenta al dilema de apoyar a su esposo o de repeler a su progenitora, hasta que… ¿ ?

Lo puede leer en https://ciudadseva.com/texto/la-suegra-silenciosa/ y verá que, sin que se justifique, Edna, “La suegra silenciosa” provoca irremediable penterafobia.

*El autor es profesor de Redacción Creativa en Cetys Universidad.

En esta nota