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Nuevo gobierno viejos problemas

Por el derecho a la libertad de expresión.

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La dinámica de la corrupción no se ha modificado en nuestra ciudad ni en el resto del país. El nuevo gobierno que estamos estrenando que se postuló como el que resolvería nuestros problemas, no ha dado visos de ser, cuando menos, competitivo. Sin embargo, se puede afirmar que competente no lo es porque todo parece gravitar en el mismo modo en el que lo hacía con la corrupta Nereida Fuentes. Lo que pasa es que no es sencillo promover nuevas conductas si quienes las impulsan no tienen la actitud de cambio que se requiere para ello. O sea, cómo puede un corrupto lograr que se le crea si no se le tiene confianza. No hay forma, por consiguiente, el fracaso de cualquier política basada en la mentira y la hipocresía es inmediato.

Como los anteriores presidentes municipales, la alcaldesa Zulema Adams se la lleva ocupada en reuniones políticas en las otras ciudades y ha abandonado por completo a Tecate. Las actividades que debiera estar desarrollando, se supone deben ser motivadas por las necesidades básicas de la ciudad. Por ejemplo, la limpieza de nuestras calles y colonias que están llenas de basura que contamina nuestras casas. Si tuviera conciencia ciudadana y le interesara, podría iniciar una campaña de embellecimiento de las colonias, comenzando por barrerlas y, después, adornarlas de algún modo. Es indudable el hecho de que la gente participa si les ven un real interés a los funcionarios públicos. ¿Por qué no va a nuestras casas y nos invita a barrer junto con ella la calle? ¿Es degradante hacerlo o les resta dignidad a la Alcaldesa y sus funcionarios?

Podrían recorrer las calles y ver cómo se comportan los agentes de policía; si son respetuosos de las señales de tránsito o de los semáforos; si respetan los límites de velocidad o si sus multas son reales. En este asunto hay muchísimo trabajo pues se les ha dejado libres para hacer y deshacer en las calles. En este mismo tenor sería importante, también, que se les fiscalice el trabajo en la línea internacional por los muchos abusos que se cometen a diario. No puede Zulema Adams negar esta situación pues ella ha sido una frecuente viajera entre los dos países. Corre el rumor de que los ingresos por fuera de la nómina de los policías son mucho mejores que sus salarios catorcenales. A saber.

Son dos años los que estarán administrando a nuestra ciudad y como no han comenzado a tratar de aminorar los efectos de la corrupción, escasos serán sus logros. Como se dice: al caballo viejo luego se le ve la finta. No se le puede quitar su forma de andar ni los descansos que toma en el trayecto. Así está Zulema Adams que no da muestras de hacer algo notable. Sin embargo, puede seguir haciendo política agradando al presidente de la república, al gobernador a senadores y diputados y, así, ir escalando posiciones hasta llegar a ser figura nacional. Al final de cuentas es primero su persona y, mucho después, la gente que votó por ella. Vale.

* El autor es Lic. en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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