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Nuevo Gobernador, nueva esperanza

“Un gobierno es como una buena digestión, 
mientras funciona, casi no lo percibimos”.Erskine Caldwell

“Un gobierno es como una buena digestión, 
mientras funciona, casi no lo percibimos”.

Erskine Caldwell

Baja California estrena gobernador, el primero de la izquierda, rompiendo la hegemonía de gobiernos panistas desde hace 30 años.

El gobierno saliente desafortunadamente deja literalmente una estela de sangre en todas las áreas: el estado ocupa los primeros lugares nacionalmente en materia de incidencia delictiva, particularmente homicidios, narcomenudeo, violencia familiar, violación y robos.

En las áreas de administración y procuración de justicia existen serios rezagos en la infraestructura y funcionalidad tanto de la procuraduría como del sistema judicial, principalmente por falta de personal y presupuestos.

En desarrollo económico, se tiene un rezago importante en materia de infraestructura, que le han generado al estado pérdida de competitividad comparada con otros estados de la república.

El crecimiento económico en BC ha sido prácticamente inercial, más relacionado al empuje y la creatividad de los bajacalifornianos que a los apoyos gubernamentales.

En materia de educación, BC se mantuvo sistemáticamente en los últimos lugares nacionales en la calidad de su educación, donde la crisis financiera alcanzó todos los niveles educativos del estado, desde maestros de educación básica que no reciben sus sueldos, hasta la ya conocida crisis financiera de nuestra máxima casa de educación superior: la UABC.

La crisis financiera y la falta de pagos por parte del gobierno saliente son extremadamente difíciles de entender cuando la deuda pública del estado creció a más de 30 mmdp durante el sexenio que concluyó. La gran interrogante es en dónde se invirtieron estos los recursos.

En el sector social, aparte de que el estado sigue convertido en una fábrica de pobres, el sector salud presentaba a lo largo y lo ancho del estado crisis de atención y medicamentos en los hospitales estatales.

De igual manera, nada se hizo en materia de diagnóstico, medición y contención del crecimiento de las adicciones en nuestros jóvenes, provocados principalmente por el debilitamiento del tejido social, como resultado del crecimiento en la pobreza, ubicando al estado este en los primeros lugares en materia de violencia familiar y violaciones.

En ese contexto, llega un nuevo gobernador, con la primera disyuntiva de si se prepara para gobernar dos o cinco años, sin una fecha límite para que la Suprema Corte de Justicia emita la resolución al respecto.

Con las crisis estallándole en cada uno de los rubros mencionados, el gobernador primeramente deberá priorizar la atención que deberá brindar a cada uno de estos temas.

De igual manera, y debido al monto de las deudas heredadas, la maniobrabilidad financiera del nuevo gobierno está seriamente acotada.

Si bien el nuevo gobernador ha demostrado la voluntad política para solucionar los problemas, la inmediatez de los mismos y el impacto en las áreas neuronales del estado comprometerán seriamente el nivel de atención y recursos que deberá aplicar a cada uno de los mismos.

El apoyo de la federación va a ser fundamental para recobrar la maniobrabilidad y el control de estado, esperando la disyuntiva de dos o cinco años no estorbe la velocidad y atención con la que cada uno de los problemas de estado deberán ser solucionados.

Baja California necesita urgentemente un gobernador que enfrente los problemas y genere soluciones, acompañado del apoyo y la exigencia de toda la ciudadanía para que esto suceda.

* El autor es presidente del Consejo Ciudadano 
de Seguridad Pública del Estado.

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