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Maestro jubilado asesinado

Rubén Suárez Chávez tenía 68 años cuando fue asesinado entre el primero y el 3 de junio del 2019.

Rubén Suárez Chávez tenía 68 años cuando fue asesinado entre el primero y el 3 de junio del 2019. Era un maestro jubilado que tenía un excelente prestigio y fue respetado y ampliamente conocido en nuestra ciudad. Sus ocupaciones posteriores a sus años trabajados eran de carácter social, deportivo y artísticos. Concurría a eventos convocados por sus compañeros maestros y trataba de permanecer activo y presente en cuestiones sociales. Estaba divorciado y tenía una excelente relación con su hija, su exesposa y su familia. Parecía que no hubiera pasado nada y que el matrimonio continuaba, pero no, la realidad es que solo eran las buenas vibras del maestro y su excelente modo de ser. Con su nueva soltería recorría diversos sitios para alimentarse, en los cuales era muy apreciado.

Sin embargo, durante varios días sus amistades, vecinos y familiares no supieron de él. No parecía que estuviera en casa y no se sabía que hubiera salido de viaje. Sus inquilinos notaron su ausencia, porque siempre cuidaba sus plantas y sus mascotas. Fue uno de ellos quién notó que la puerta de enfrente de la casa del profe estaba ligeramente entreabierta, y por eso supieron que él estaba allí. Lo encontraron asesinado con mucha violencia y dejaron la escena del crimen completamente sucia y desordenada. Al parecer intentó defenderse, pero quien o quienes lo ultimaron, fueron más poderosos que él. Tenía un traumatismo craneoencefálico -golpe contundente en el cráneo que le provocó un hundimiento mortal- y diversos golpes en el cuerpo. Su asesinato provocó una enorme consternación en los tecatenses, quienes inmediatamente manifestamos nuestro repudio y nos solidarizamos con Rubén, acompañándolo en su velorio y posterior funeral.

Rubén ya había sido levantado por un grupo de delincuentes, que lo golpearon y lo llevaron al cajero automático para obligarlo a retirar dinero. Sin embargo, las autoridades judiciales no hicieron nada y su caso, como muchos que son denunciados, quedó en el olvido. Cuando sus familiares exigen información del asesinato, no les dicen nada bajo el pretexto de que no quieren tener obstrucciones en la investigación. Por lo que preguntamos: ¿Cuánto deben saber quiénes buscamos justicia, cuando no parece que se muevan nada las averiguaciones?

La realidad cruda es que, Rubén, un simple maestro jubilado, no tiene las más mínimas oportunidades de que su caso sea resuelto y pasará a formar parte de la impunidad. Los organismos policíacos no tienen ni ojos ni oídos para los asuntos de la clase trabajadora. Los delitos se acumulan y la bandeja de investigaciones se desborda y empolva, sin que haya algún movimiento que busque pistas o que aventure hipótesis. El rumor aquel de que los agentes investigadores exigen pagos extras para trabajar en los casos, ignoro si será verdad o mentira, pero con el incremento exponencial de los delitos de todos los órdenes, falta mucha disposición de parte de la fiscalía. Por eso, Maestro y amigo Rubén Suárez Chávez, tu familia y amistades haremos que tu caso no quede en el olvido y presionaremos, en la medida de nuestras posibilidades, para que atrapen a quienes te asesinaron. Vale.

* El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos 
Internacionales por la UABC.

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