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Lo malo de ver solo enfrente

A una semana del primer intento por lograr unificar los criterios nacionales necesarios para llevar ante la justicia a los expresidentes de la república, por medio de una consulta popular formal, la discusión posterior se ha caracterizado por ser, en algunos casos, de carácter visceral.

Por el derecho a la libertad de expresión.

A una semana del primer intento por lograr unificar los criterios nacionales necesarios para llevar ante la justicia a los expresidentes de la república, por medio de una consulta popular formal, la discusión posterior se ha caracterizado por ser, en algunos casos, de carácter visceral. Los que se sienten ganadores de este ejercicio alegan que, además de ser muy baja la participación, el proceso se caracterizó por el gasto inútil de 500 millones de pesos. La verdad es que la convocatoria del Presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo no una excelente respuesta, pero si fue muy buena comparada con la que tuvieron el PAN, PRI y PRD en los últimos comicios. Juntos estos tres partidos, que recurrieron a una alianza buscando recuperar lo que perdieron con sus malas administraciones, no lograron obtener los siete millones de votos que se tuvieron en la consulta.

Los alegatos que esgrimieron para tratar de apabullar a quienes estamos seguros de que los delincuentes deben ser perseguidos por la justicia, sonaban más a insultos que a razonamientos lógicos basados en hechos. El odio que les produjo la apabullante derrota que les proporcionamos los ciudadanos mexicanos, cuando los echamos de la presidencia de la república, el congreso y el senado, los tiene enceguecidos y les impide ver más allá de sus narices. Sin embargo, no estoy convencido de que eso los convierte en traidores a nuestro país. Creo que, si lograran enfocar sus esfuerzos por rehacerse y ofrecer una alternativa política a los mexicanos, basada en la legalidad y el beneficio general del país, otro gallo les cantara. Pero están empecinados en defender a quienes abusaron de nuestro patrimonio, y olvidan que tenemos un montón de exfuncionarios que se han enriquecido ilegalmente con nuestros recursos financieros, que deben ser llevados ante la justicia y ser juzgados y castigados como debe ser.

Si con la participación de 7 millones de mexicanos la votación fue casi absoluta por el sí, esto quiere decir que cuando concurramos muchos más millones, también demostraremos que queremos presentar ante la justicia a los expresidentes. Quienes nos critican por haber aceptado el reto, no miran las consecuencias que hubiera tenido una participación generalizada. Ese pudo haber sido el inicio del enjuiciamiento de todos los corruptos exfuncionarios federales, estatales y municipales que andan alardeando de que se las pelamos. Porque hasta groseros y desvergonzados son.

La realidad es que tenemos que ser objetivos y aceptar que, en esto del fin de las administraciones públicas corruptas, de los tres órdenes de gobierno, somos los ciudadanos los que vamos a voltear la tortilla. Los funcionarios actuales y los electos solo mirarán por sus propios bienes. En cuanto pueden apoderarse de los recursos financieros lo hacen. Unos protegen a los otros y como obedecen a criterios partidistas, lo último que harían sería investigar a sus compañeros. La corrupción no somos todos, pero todos si podemos eliminarla, para ello solo basta que nos demos cuenta de que nos daña y de que nuestro poder, es directamente proporcional a la unión que nos empoderará para eliminarla. En este cometido también caben quienes ahora se burlan de la consulta para llevar ante la justicia a los expresidentes. Vale.

* El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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