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Legalizar las drogas

“El antídoto siempre está al lado del veneno”.

Durante su etapa de transición en 2018, el gobierno de la 4T manifestó su intención de legalizar ciertas drogas para usos recreativos y medicinales.

A raíz de una resolución de la SCJN, que declaró inconstitucional la prohibición del uso de la marihuana en CDMX, quedó pendiente en el Congreso Federal la legislación del uso, producción y comercialización de la marihuana en México, discusión que ha sido aplazada varias veces y actualmente programada para diciembre 2020.

El proyecto a discutirse gira sobre la regulación del mercado con el objetivo de erradicar la violencia y debilitar al crimen organizado.

En ese sentido, su regularización implicaría que se creen las condiciones para producir conductas sociales positivas, y que sea realmente obedecida y aplicada.

Un mal ejemplo de esto se generó en 2008, cuando se reguló la posesión de drogas para consumo personal, donde se dejó de criminalizar la adicción, estableciendo un programa de rehabilitación forzoso para adictos.

Esta reforma generó los efectos contrarios, cuando al legalizar la posesión de drogas para pequeños distribuidores, estos se aseguraron no portar mas de lo permitido para así venderlo impunemente en antros y otros lugares, provocando la guerra entre carteles por los puntos de venta, con el alto índice de homicidios que actualmente padecemos.

Dada la problemática de crimen organizado que vivimos en el país, y la corrupción que genera, el Congreso nos deberá explicar cómo va a lograr que esta nueva ley no permita a los carteles tomar control de estas actividades.

Igualmente, como va a prevenir que los grandes grupos criminales se dediquen más al fentanilo y otras drogas duras, dejando la marihuana para los pequeños grupos criminales, quienes intentando controlar la actividad generaran más violencia.

Tenemos también que recordar que la marihuana es una droga de inicio, corriendo el riesgo al igual que en EU, donde eventualmente la juventud consumidora cambiará a otras drogas sintéticas, que son más rápidas de producir, mas baratas, adictivas y letales.

La despenalización de las drogas parece inminente, por lo que es de vital importancia la construcción de políticas públicas que aseguren la paz, poniendo fin a la guerra del narcotráfico.

Antes de despenalizarlas, se deben abordar dos problemas coyunturales que deberían acompañar esta estrategia: el combate a las adicciones y el fortalecimiento policiaco.

Las adicciones se han convertido en un problema de salud pública en México y en crecimiento constante.

La falta de oportunidades para los jóvenes, el debilitamiento del tejido familiar y la influencia del crimen organizado ha generado que nuestros jóvenes se “enganchen” en las mismas, donde el Estado ha hecho muy poco por detenerlo.

No existe actualmente un diagnóstico real en el tema, como tampoco una estructura gubernamental sólida y sustentable para prevenirlas y tratarlas.

Junto con la despenalización, se debe crear una estructura para tratarlas como problema de salud pública y seguridad nacional.

Adicionalmente, al perder la delincuencia un negocio tan lucrativo, es muy probable amplíen sus actividades delincuenciales a otros rubros que afectan la sociedad, como son el robo, el secuestro y la extorsión.

Consecuentemente, es vital fortalecer a las policías previo a la despenalización, como estrategia de contención ante el casi seguro incremento de estos delitos.

¿Y tú lector, qué opinas, estamos listos para legalizar las drogas?

*- El autor es Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado.

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