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La tragedia del Covid

“Tus acciones salvan vidas”

En mi artículo de septiembre pasado, mencionaba que diversos organismos, como la Organización Mundial de la Salud, pronosticaban récord y crisis de contagios por COVID para finales de año.

De igual manera, se predecía una segunda ola cuya intensidad superaría la primera, con la subsecuente sobre saturación en los sistemas de salud.

En el mismo mencionaba, que entendiendo el confinamiento no era la mejor opción por el impacto económico que genera, el principal reto era transitar la crisis con el menor daño posible, hasta la aplicación de una vacuna.

En ese sentido, mencionaba la importancia en la aplicación de políticas públicas basadas en el uso de cubrebocas, disciplina en la sana distancia, y la aplicación de pruebas a mayor escala para acotar la transmisión del virus.

Hasta donde tengo conocimiento, solo CDMX tiene quioscos disponibles para hacerse gratuitamente pruebas de COVID, haciendo casi imposible para el resto del país el detectar y prevenir la propagación del virus en base a pruebas masivas, tal y como lo están haciendo otros países.

Mundialmente, México ocupa el lugar 158 en pruebas por millón de habitantes, donde incluso Belice, Guatemala y Bolivia tienen mayor registro.

En relación a la aplicación de la vacuna, en el entendido de que las ahora disponibles necesitan una red de cuarto frío para conservarse y contribuir a su correcto manejo, solo Nuevo León y BC Sur han tomado previsiones para construir una en su estado.

Las cifras oficiales más recientes registran un millón 182 mil casos confirmados en México por COVID, con más de 110 mil defunciones, donde realmente estos números son sólo una fracción de lo que verdaderamente está sucediendo.

Según expertos, esta crisis es el resultado del uso del modelo Centinela utilizado por la Secretaria de Salud Federal, debido a que este utiliza las estadísticas anteriormente mostradas para predecir futuras incidencias, subestimando por consecuencia la propagación del virus.

La realidad nos rebasa. Según encuestas, cuatro de cada cinco personas en México conocen a alguien contagiado, y más de la mitad conocen a alguien que ya perdió esta triste batalla.

Lo que estamos sufriendo es un repunte, no un rebrote, porque nunca se controló la primera ola. La mortalidad es altísima, porque México apostó a tratar pacientes graves, cuando la debilidad más grande del sistema de salud mexicano es la medicina especializada.

En el semáforo epidemiológico mas reciente, dos estados de la Republica están en riesgo máximo (rojo) de contagios, uno es BC, tres estados en riesgo bajo (verde), uno en amarillo (medio), y el resto en naranja (alto).

Los hospitales en BC están saturados, los médicos son escasos y los medicamentos aún más.

Ante las pocas estrategias por parte de las autoridades para contrarrestar y hacerle frente a la crisis, no nos queda más opción que nosotros, los ciudadanos, para protegernos mutuamente.

Evitemos espacios cerrados y concurridos, usemos las medidas de protección como el cubrebocas bien colocado, lavando nuestras manos frecuentemente y respetando la sana distancia.

Las celebraciones navideñas toman mayor relevancia, donde tenemos que descubrir nuevas formas de festejar.

El 2020 nos ha enseñado a valorar lo que es realmente importante: salud, familia y bienestar. Hemos llegado casi al final del año, pero desafortunadamente no al fin de la pandemia.

No te confíes, si tú te cuidas nos cuidamos todos.

*- El autor es Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado.

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