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La corrupción sigue viva

“En la política existen partidos de izquierda y de derecha, la única ambidiestra es la corrupción”.

El combate a la pobreza y la corrupción fueron las principales promesas de campaña del presidente Lopez Obrador, entendiendo que esta última y la impunidad son el mal que afecta el crecimiento y el desarrollo de nuestro país, y por consecuencia incrementan la pobreza.

Sin embargo, de acuerdo al “Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción’ (CCC), desarrollado por “The Americas Society/Council of the Americas Control Risks”, por segundo año consecutivo México disminuyó su eficacia para combatir la corrupción, bajando tres posiciones en el ranking al lugar 11 entre 15 economías latinoamericanas evaluadas, donde obtuvo una calificación de 4.25 sobre una máxima posible de 10.

Desde 2019, el CCC analiza estos 15 países sobre su eficacia para detectar, castigar y prevenir la corrupción, incluyendo la probabilidad que los actores corruptos sean enjuiciados y sancionados, todo esto a través de 14 variables que incluyen conceptos como la independencia de las instituciones judiciales, el periodismo de investigación, y los presupuestos asignados para combatir delitos de cuello blanco, donde la mayoría de los datos analizados provienen de la sociedad civil, la academia, los medios de comunicación y el sector privado.

De regreso a las promesas de campaña del presidente, y entendiendo la promesa de erradicarla fue parte del éxito de él y su partido, a casi dos años de su administración, la corrupción no sólo sigue vigente, sino pareciera que el sistema la sigue permitiendo.

Más allá de algunos casos aislados, el carpetazo y el olvido parecieran prevalecer ante presuntos actos de corrupción, donde se tiene registro de como los gobiernos federales y estatales, a través de asignaciones directas o invitaciones restringidas, han favorecido a particulares.

De igual manera, existe la presencia de funcionarios federales y estatales que no pueden explicar claramente el origen de sus cuantiosas fortunas, donde o las han disfrazado en sus declaraciones personales, o simplemente estas declaraciones no existen.

En el inter, la mayoría de los Sistemas Estatales Anticorrupción y el Federal, no se han puesto en marcha o presentan serios recortes presupuestales.

Existen un sinnúmero de casos de falta de transparencia en la contratación pública. En BC en particular, sigue pendiente el esclarecimiento del caso de “los moches” que involucran a la ex secretaria de desarrollo social y el actual secretario de gobierno, donde la FGE desechó la investigación sin explicación clara.

Para acabar con la corrupción, se deben de terminar de implementar Sistemas Anticorrupción totalmente autónomos e independientes en todo el país. Esto ha sido pospuesto indefinidamente por la administración federal y por muchos estados de la república, incluyendo BC.

Se debe igualmente incorporar a las instituciones encargadas de combatir el lavado de dinero y al Servicio de Administración Tributaria a los sistemas anticorrupción, generando sinergias en los esfuerzos.

Con una sociedad cada vez mas harta, el flagelo de la corrupción sigue imperando en nuestro sistema de gobierno, donde todos los partidos, sean de derecha o de izquierda, nos han prometido esperanza y desafortunadamente nos siguen quedando a deber.

El combate a la corrupción fue una promesa de campaña y se debe cumplir, debe ser el tema prioritario del gobierno, y la lucha debe ser transversal, no de arriba hacia abajo.

*- El autor es Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado.

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