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¿La casa del básquetbol?

Cuando un grupo de amantes del deporte ráfaga, encabezados por el profesor Ramón Delgadillo Sánchez se echaron a cuestas la enorme de tarea de dotar a los basquetbolistas de una casa exclusiva para ellos, se logró la construcción del Auditorio de Tijuana.

Era el sueño de quienes vivieron la época romántica del baloncesto, que andaban del tingo al tango, mendigando un lugar donde poder hacer sus campeonatos.

Unos eventos municipales, que ya no se juegan, por cierto, que retacaban el inmueble del boulevard Gustavo Díaz Ordaz, a nosotros nos tocaron aquellos duelos entre las quintetas Voca y Tránsito del Estado, que dirigía Ernesto Vizcaíno Garrido, quien regresó a Tijuana el baloncesto profesional.

Fue con el equipo que jugó en la Conferencia Nacional de Baloncesto Profesional, con el nombre de Dragones, pero que pronto desaparecieron y que en nada se parecían a los Dragones del Circuito Superior de Básquetbol, aquel que tenía en la dirección a Tony Delgado y que fueron campeones.

También se llenaba el Auditorio Municipal cuando se enfrentaban los equipos de la Poli y ETI, secundarias que tenían tremenda rivalidad y lo reflejaban en la duela.

Otras buenas entradas había con los enfrentamientos entre los Galgos del Instituto Tecnológico de Tijuana y los Cimarrones de la Universidad Autónoma de Baja California, con el director del ITR, como se llamaba antes la institución, Pablo Órnelas, en las gradas.

Buena época en el baloncesto de Tijuana cuando presidía René Gutiérrez Inzunza el comité municipal, quien promovía eventos a nivel estatal, de equipos, con el patrocinio de Monte de Piedad.

Unos verdaderos duelazos en la cancha, con el talento que había en aquellos años en Baja California.

El Auditorio de Tijuana fue escenario del histórico cetro nacional de Primera Fuerza, que a finales de los 70´s logró Baja California, con calidad de invictos, derrotando a las potencias basquetboleras de Chihuahua, Distrito Federal y Nuevo León.

Hubo otros equipos profesionales, en la organización antecesora del Circuito de Baloncesto de la Costa del Pacífico, los Potros, propiedad del sonorense Arcadio Valenzuela, que en algún tiempo también fue dueño de los Potros, que jugaban en el béisbol invernal de la Liga Mexicana del Pacífico.

Jugaron también los Pegasos, que así como llegaron, rápido se fueron, sin dejar huella.

Más recientemente, Galgos y Cosmos en la Liga Nacional de Baloncesto Profesional, los últimos con el gran apoyo del gobierno del estado, que no supieron aprovechar.

Unos conjuntos que jugaron en ligas, supuestamente de Estados Unidos, Dragones y Tazmania, en temporadas que no tenían nada de seriedad, pero divertían.

Era común ver a los mismos jugadores militando en varios equipos, que venían a Tijuana enfundados en diferentes uniformes.

Se decía que cuando querían hacer partidos, se arrancaban a Orange County, juntaban a los jugadores y se los traían para las acciones en la cancha.

Lo rescatable de esas ligas, es que trajeron a Dennis Rodman, quien hiciera historia con los Toros de Chicago, de Michael Jordan en el baloncesto profesional de la NBA.

Sin exponerse, Rodman estuvo en la cancha y cuando tomó las cosas en serio, dio una muestra de su calidad.

Pero sólo esa ocasión vino el Gusano, ya que quebraron uno de los cristales de su vehículo y eso que estaba estacionado fuera del Auditorio de Tijuana, muy cerca del acceso al inmueble.

Los huéspedes del Auditorio de Tijuana son ahora los Zonkeys, tricampeones del Cibacopa, que estrenarán su propio gimnasio y si las cosas resultan bien en los juegos que harán de temporada regular en la Unidad Deportiva Santos Meza, puede ser que se muden allá definitivamente.

La casa del básquetbol, dicen, pero los basquetbolistas son quienes menos pueden utilizarlo, ya que dan prioridad a todos los espectáculos que ahí presentan, box, lucha libre o artistas, que son ingresos y esta parece ser la consigna de la administración municipal, agarrar todos los billetes que se pueda.

Y cuando hay básquetbol, también tienen que pagar, una incongruencia, ya que gracias a la gente del básquetbol es que existe el inmueble.

De todos los eventos que hemos visto en el Auditorio Municipal, apuntaremos en otra ocasión, ya que el espacio se agotó y hasta aquí llegamos…por hoy.