Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Tijuana

Jóvenes se exponen al cáncer en la boca

“A mí no me grites así, mamá. Recuerda que no estás hablando con papá”… Pepito.-

CORAL GABLES, FLORIDA (VIP/WIRE).- Coral Gables, Florida (VIP-WIRE) “A mí no me grites así, mamá. Recuerda que no estás hablando con papá”… Pepito.-

-o-o-o-o-

¿Por qué los jovencitos, que apenas salen de las Academias de Beisbol, llevan la boca repleta de tabaco de mascar o, en todo caso, de emplastes de chimó pegados a los dientes? Respuesta de la mayoría de ellos…: “¡Ah!, porque soy pelotero profesional”. No lo son, apenas intentan serlo. Y nadie sabe si podrán con la carga de profesión tan exigente. De todas maneras trituran con los dientes, tabaco o chimó, o los dos venenos juntos.

Centenares de peloteros han muerto con la cara destrozada por el cáncer que produce este vicio. Y los muchachos lo saben, porque hay campañas permanentes que los informan, que los aconsejan. Pero se les oye protestar…: “Que nadie se meta en mi vida privada. Soy pelotero profesional y hago lo que hacemos los peloteros profesionales.

Esta boca es mía y el tabaco también. Lo hago, porque me da la real gana, y punto”. También dejan crecer las melenas, barbas y bigotes, los tiñen de rubio, se cuelgan varios kilos de oro en cadenas y zarcillos, se tiñen de negro los párpados, aún cuando no haya sol y aún cuando sean de piel más negra que la misma mancha y usan anteojos ahumados innecesarios, que les dañan la vista.

El célebre Tony Gwynn murió sin media cara, a los 54 años, el 16 de junio de 2014. Bill Tuttle, outfielder de 11 temporadas con Tigres, Royals y Twins, murió el 27 de julio de 1998, en Anoka, Minnesota, por cáncer que le destrozó parte de las mejillas. Tuttle es un símbolo. Joe Garagiola, quien fuera Presidente de la “Oral Health América´s National Spit Tobacco Education Program”, presentaba su historia así…: “Lo contó muchas veces. Admitía haber caído en tal error muy temprano”.

Garagiola murió el 16 de marzo de 2016. Tuttle y Gwynn son sólo dos de numerosos casos. Por ejemplo, lo de Rick Bender es patético. Parecía tenerlo todo para ser bigleaguer estelar, pero el cáncer lo obligó a una operación de 11 horas, que lo dejó sin gran parte de la mandíbula inferior y sin sitio en el beisbol.

Otra víctima por mascar tabaco fue el umpire Doug Harvey, quien murió el 13 de enero, de 2018, después que mostrara a docenas de jóvenes peloteros el desastre que el cáncer le causó en la boca. Entre los casos más recientes figura el de Curt Schilling, operado de la cara.

Este espacio es insuficiente para reseñar los centenares de historias lamentables por el vicio de masticar tabaco o chimó, que para el caso es igual. ¡Cuídense, muchachones, que necesitamos bigleaguers muy saludables!

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.

*El autor es periodista y analista de beisbol con más de 70 años de experiencia.

En esta nota