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Generación descentralizada

La civilización humana se encuentra en una encrucijada sin precedentes en la historia. Hemos llegado a un punto donde las crisis colectivas son compartidas por todos los miembros de la aldea global.

La civilización humana se encuentra en una encrucijada sin precedentes en la historia. Hemos llegado a un punto donde las crisis colectivas son compartidas por todos los miembros de la aldea global. Un virus originado en China llegó a todos los rincones del planeta. La escasez de semiconductores ha paralizado la exponencial demanda de productos electrónicos en todos los países. La interrupción de la cadena global de suministro ha causado pérdidas multimillonarias a numerosas empresas regionales y mundiales. Tras la Segunda Guerra Mundial, la humanidad determinó que era mejor hacer comercio entre naciones que guerras. Para finales del siglo XXI e inicio del XXI, la economía globalizada era una realidad. Pocos países del mundo ahora pueden escaparse del fenómeno de la globalización porque sus beneficios para el desarrollo económico son enormes. Si no nos une la cultura, al menos podemos cooperar para hacer negocios. El fenómeno globalizador no se limitó solamente a lo económico. Conforme el mundo se acercaba más, el contenido y entretenimiento de otras partes del mundo llegaban a todos los rincones del planeta, especialmente los estadounidense/británico. Todos veían las películas de Star Wars, escuchaban a Justin Bieber y leían a Harry Potter. Hasta lo mexicano llegaba a lugares impensables. Me he topado con personas de Senegal, Eslovaquia e Israel que me confesaron haber visto telenovelas mexicanas como RBD. Sin embargo, no todo en la globalización ha sido armonioso. En ciertos lugares ha representado la pérdida de empleos a países menos desarrollados por los costos menores. En otros, hay una angustia colectiva por la pérdida de valores culturales y regionales. El mundo en que crecieron nuestros abuelos y padres es un lugar muy diferente al actual. Para muchos esto es una fuente de ansiedad al adentrarnos en lugares desconocidos. Incluso, movimientos como los de Trump, Orban y AMLO son reacciones orgánicas al fenómeno globalizador. La tendencia de formar grupos ha estado presente desde hace varios años y fue acelerada por la pandemia y el internet. Es posible que dos personas que vivan en el mismo lugar tengan fuentes de información completamente diferentes respecto al COVID-19. Uno cree en la efectividad de las vacunas, otro piensa que son inútiles. Mientras más consuman ese contenido, más van fabricando su cámara de eco. Una en donde solamente escucha las opiniones que quiere escuchar. Todo esto forma parte del proceso de descentralización frente a la globalización. El internet ha facilitado la creación de colectividades descentralizadas donde personas con los mismos intereses hacen comunidad, en lo económico, cultural y mucho más. Pareciera contradictorio, pero en unas décadas será factible vivir en una economía global con comunidades descentralizadas. En un futuro, el concepto de nacionalidad incluso será obsoleto. Con la facilidad del trabajo remoto y las finanzas descentralizadas (Bitcoin, Ethereum) será posible que una persona se vaya mudando de jurisdicciones según sus intereses. Los países entonces deberán tener una oferta interesante (bajos impuestos, afinidad cultural) para atraer a los mejores perfiles. El caso de Florida es una pequeña muestra de este fenómeno. Cerca de 300,000 personas se han mudado al Sunshine State en el último año. Las razones: buen clima, impuestos mínimos y comunidad creciente de tech y crypto. Esta competencia por los mejores perfiles luego será a nivel mundial. Se irá consolidando la formación de la generación descentralizada en un mundo globalizado. *- El autor es abogado y estudiante de maestría en administración y políticas públicas

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