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Estamos locos

Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes…

Los rezagos históricos en infraestructura, inversión pública, seguridad pública, servicios públicos, congestión vial, movilidad y recaudación entre otros muchos problemas que nos aquejan, no podrán ser resueltos durante las administraciones municipales y estatal que toman las riendas en nuestro estado en unas cuantas semanas si continuamos sociedad y gobierno haciendo lo mismo.

Aunque el afamado y recién finado arquitecto y político brasileño Jaime Lerner, quien fue alcalde durante tres mandatos de Curitiba, capital del Estado de Paraná del que también fue gobernador un par de ocasiones sostenía que una ciudad puede cambiar en tres años, nuestras condiciones político y sociales están muy lejos de lograrlo.

Lerner decía que “La ciudad no es el problema, la ciudad es la solución” y en su libro “Acupuntura Urbana” hace un ensayo a partir de reflexiones personales sobre el fenómeno de la ciudad. Lerner propuso analizar la ciudad no desde sus problemas, sino desde las soluciones. Comentaba que construir un museo en una zona complicada, regenerar un parque o plaza o peatonizar una calle pueden detonar la posible solución.

El Programa de Mejoramiento Urbano (PMU) de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) promueve la atención de las necesidades de las personas que habitan en zonas que registran rezago urbano y social mediante intervenciones de mejoramiento urbano (mejoramiento integral de barrios, certeza jurídica

en la propiedad y tenencia de la tierra), así como de planeación urbana, metropolitana, y ordenamiento territorial, con el objeto de reducir la brecha física y social en la aplicación de las políticas públicas urbanas.

Aunque el PMU podría ser un detonador de acciones similares a las que sugiere Lerner, desgraciadamente las múltiples acciones realizadas aquí en Tijuana y nuestro Estado, han estado desarticuladas con las acciones de los gobiernos locales y no se han logrado los beneficios que estos proyectos pudieron haber provocado en beneficio de nuestras ciudades. Ha sido tal la desarticulación, que en junio del año pasado el mismo alcalde con licencia de Tijuana utilizó la fuerza pública para detener el ingreso del delegado federal a las obras en construcción del Centro Cultural Gran Tenochtitlán beneficiado por el PMU.

Así, por ejemplo también, la inversión de mas de mil millones de pesos que representó el proyecto SITT de Tijuana donde casi 500 millones fueron aportación federal, ha resultado un rotundo fracaso y estorbo al flujo vial

gracias a la impericia, corrupción y falta de voluntad de los gobiernos municipales que, hasta hoy, han sido responsables de diseñarlo, gestionarlo y ponerlo en marcha, posponiendo la posible solución al añejo problema de transporte publico de la ciudad y por ende, a la movilidad urbana de Tijuana.

Es por ello, que insisto de nuevo, que las entrantes administraciones municipales y estatal requerirán armar gabinetes con gente experimentada, honesta y sobre todo comprometida no solo con los políticos y los partidos que los designan sino con la sociedad, para que las posibles soluciones que desde la esfera federal y a pesar de los fracasos siguen llegando, encuentren el eco y acompañamiento local requerido para sacar adelante a nuestras ciudades.

Paremos la locura; no podemos esperar más.

* El autor es arquitecto tijuanense, pro ciudades compactas.

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