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El susto que viene

“Si a EU le da catarro, a México le da pulmonía”.Agustín Carstens

En términos económicos, al país pareciera lloverle sobre mojado.

El deterioro económico comenzó en 2018 con la cancelación del aeropuerto de Texcoco (NAIM), que en términos conservadores nos costó a los mexicanos el equivalente a $5,650 millones de dólares.

A partir de ese año, la economía mexicana, históricamente correlacionada a la estadounidense, se apartó en sus crecimientos. EU creció 2.1% en 2019 y México decreció -0.5%, donde durante 2020 el COVID “tumbó” a la economía mexicana en -8.5%, la caída mas profunda desde los años 30’s del siglo anterior.

Mientras EU sigue su proceso de franca recuperación, México se mantiene estancado, contabilizando seis trimestres consecutivos de decrecimiento.

Sorprendentemente, la crisis y su consecuente enorme pérdida de empleos y cierre de negocios no pareciera haber permeado en el ánimo de la mayoría de los mexicanos, muy probablemente por un factor fundamental: el tipo de cambio, que a diferencia de crisis anteriores se ha mantenido estable.

Mi referencia y comparación entre las dos economías es debido a la enorme dependencia económica que México tiene con EU, donde ante la ausencia de políticas económicas internas, México le está apostando a que el boom económico estadounidense “jale” a nuestro país en la recuperación, a través del incremento en las exportaciones y en las remesas que nuestros connacionales envían desde allá.

Desafortunadamente, la cancelación del NAIM, la cervecera en Mexicali, los cambios de reglas en las reformas eléctricas y de hidrocarburos, así como la construcción de obra pública de dudosos resultados como el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinaría Dos Bocas, están asustando y desplomando las inversiones nacionales y extranjeras.

Paralelamente, el aumento del precio internacional del petróleo que ha incrementado el precio de la gasolina en 34%, está generando inflación que de continuar obligarán al incremento de las tasas de interés, afectando el crédito al consumo.

Adicionalmente, nuestra apuesta de crecimiento económico basado en la economía estadounidense parece surgirle algunos obstáculos.

En lo político, el presidente Lopez-Obrador anunció el envió de una nota diplomática a EU protestando por el apoyo que la entidad norteamericana USAID, ha dado a la organización “Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad” (MCC), acusándolos de intervencionismo violatorio de nuestra soberanía nacional, acusando igualmente a MCC de “traición a la patria” por investigar y denunciar la corrupción de administraciones pasadas y la actual.

Igualmente, la representante comercial de EU recientemente externó ante el Congreso Estadounidense su preocupación y desacuerdo debido a que México no está respetando las reglas del tratado comercial entre los tres países (T-MEC), manifestando su intención de aplicar las sanciones correspondientes en caso necesario.

Paralelamente el poderoso sindicato norteamericano AFL-CIO está denunciando a una empresa de autopartes en Matamoros por incumplir las reglas de libre afiliación sindical acordadas igualmente en el T-MEC.

Finalmente, el Instituto del Petróleo de EU presentó denuncia ante el gobierno estadounidense acusando a México de trato discriminatorio a empresas estadounidenses en el mercado energético (luz y gasolina), destruyendo su valor económico y violando también disposiciones del T-MEC.

Gobierno, sindicatos y empresarios estadounidenses no están contentos con el trato que se les está dando en nuestro país, situación que pone en peligro no solo nuevas inversiones, sino da la posibilidad a una fuga masiva de dólares que vendrían a desplomar nuestro último eslabón de certidumbre económica: el tipo de cambio.

Hacemos votos para que nuestro gobierno recapacite.

*- El autor es Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado.

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