‘El rey ha muerto, viva el rey’

Se trata de una frase muy antigua que pronunciaran con motivo del fallecimiento de un monarca y que data de 1422 en la sucesión de Carlos VI de Francia y el anuncio del nuevo rey. Hay otra frase similar acuñada en Inglaterra en 1272, al fallecimiento del rey Enrique III : “El rey ha muerto, larga vida al rey”. Esta frase se utiliza en eventos públicos en muchos países del mundo, principalmente de corte anglosajón, al anunciar al nuevo monarca.

Estas frases seguramente las estarán pronunciando muchas personas, al recordar que hoy termina la desastrosa era Trump, plagada de mentiras, abusos, prepotencia, discriminación, xenofobia y demás adjetivos aplicables al mas nefasto de los presidentes de los Estados Unidos.

Hoy asume el segundo presidente católico en la historia de la Unión Americana y el de mayor edad, que recibe un país dividido entre los que lo apoyan y los que defendieron al personaje anaranjado que hoy se marcha.

A partir de hoy, Biden tendrá la enorme tarea de unir a republicanos y demócratas, a blancos y personajes de color, a nativos y a migrantes, a liberales y conservadores, a pobres y ricos, a la izquierda y la derecha. Será una operación cicatriz en la que tendrá que utilizar toda la creatividad, paciencia e inteligencia para infundir en los norteamericanos que, por encima de aspectos partidistas, deberá estar la unidad como nación.

La piedra en el zapato del Biden será el “trumpismo”, que parece estar convirtiéndose en la versión estadounidense del peronismo argentino, que después de años sigue dividiendo Argentina o como Pinochet en Chile. Se trata de una fuerza polarizante que, aunque ya no está en el poder, mueve masas y peor aún, se fortalece frente a un Trump que sueña con volver en el 2024 o promover a alguno de sus hijos y ante la pasividad de un partido republicano que todavía no se desmarca del líder violento que promovió el asalto al Capitolio el 6 de enero pasado.

Como puede observarse, el futuro del Presidente Biden no es el mas tranquilo, pues hoy no inicia una luna de miel, sino un periodo de jaloneos, de actos de protesta, que harán más difícil luchar con una pandemia fuera de control y una situación económica complicada, ambos temas que seguramente le llevarán buena parte de su administración para solucionarlos, pero siempre dejará descontentos en camino, además de que complicarán la posibilidad de cumplir cabalmente sus promesas de campaña.

Por su parte, la Vicepresidenta Kamala Harris, hija de madre india tamil y padre jamaicano, además de ser la primera mujer en ocupar este cargo, puede ser la que de la sorpresa en 4 años, ya sea porque como lo dejó entrever Biden, no se postule para un segundo periodo, o porque al término de sus 8 años de gobierno, se convierta en la primer mujer presidenta de los Estados Unidos. En cualquiera de ambos casos, puede ser la que una a una buena parte de la población americana en torno a su figura.

Por lo pronto, deseemosle al presidente Biden todo género de parabienes, esperando que la reforma migratoria prometida, le dé seguridad a muchos mexicanos que viven en ese país y que su agenda bilateral con México nos traiga los beneficios que Trump nos negó. “El rey ha muerto, viva el rey”.

*- El autor es asesor empresarial en cabildeo.